bilbao - La ría de Bilbao aguantó. De madrugada, rugió como nunca, pero aunque algunos ya veían el fantasma del 83, resistió. Sin embargo, el susto vino de mañana. A las 7.00 horas, un importante desprendimiento como consecuencia de las fuertes lluvias caídas en Euskadi, provocaba el descarrilamiento de una unidad de Euskotren, que llevaba treinta pasajeros a bordo, que afortunadamente no resultaron heridos. El siniestro conllevó el consiguiente corte del servicio ferroviario entre las estaciones de Atxuri y Ariz. Desde entonces, el servicio se cubrió con transbordos en autobús entre ambos puntos.

Los deslizamientos de tierras eran un fenómeno esperable después de una jornada intensa de lluvias torrenciales. La estación meteorológica de Urkiola contabilizó el viernes precipitaciones máximas de 131,6 litros/m2, en Zegama se recogieron 121,9 litros/m2 y en Añarbe fueron sido 121,6 litros/m2. También se registraron cantidades importantes de lluvia en Mañaria (114,7), Arrasate (114,5), Aranguren (110,1) e Igorre (102). “Y eso es muchísima agua”, precisó ayer José Antonio Aranda, director de Euskalmet.

Por lo que se refiere al siniestro del tren, el primer servicio de la mañana que partía de Atxuri en dirección Donostia se topó, a las 7.06 horas en el punto kilométrico 3,650, a la altura del polígono Lezama-Legizamon de Etxebarri, con un importante desprendimiento debido a las fuertes lluvias caídas en las últimas horas. Al no poder sortear el obstáculo de la vía, el tren descarriló, sin que ninguno de los alrededor de 30 pasajeros que viajaban en la unidad sufriera daños. Los usuarios han sido trasladados hasta la estación de Atxuri en otro convoy.

También en Donostia, el agua hizo de las suyas. Sin embargo, la Mesa de Crisis decidió ayer por la mañana desactivar el Plan del Urumea, tras la bajada “considerable” del caudal del río. Esto significaba que los vecinos de Txomin-Enea y Martutene ya podían bajar sus vehículos que subieron el viernes al centro comercial Garbera, a sus barrios.

El Ayuntamiento indicó que se les comunicó la medida a través del servicio mensajes a móviles. En total 64 personas utilizaron el servicio de Dbus que permitía que las personas que habían aparcado en Garbera pudieran trasladarse de vuelta al barrio en autobús. En cuanto a las olas, la Mesa de Crisis decidió abrir desde de las 4.30 horas el Paseo Leizaola y el Peine del Viento, después de pasar la marea alta. A esa hora se retiró el corte de tráfico del Paseo Salamanca y la prohibición de utilizar vehículos se limitó al Paseo Nuevo y se dio permiso a los peatones para circular por allí. Urgull, sin embargo, permaneció cerrado.