PAMPLONA. Contra el joven, que ahora tiene 18 años y está pendiente de juicio, pesa desde junio una orden de alejamiento que le prohíbe acercarse a la chica, de 15 años, a menos de 200 metros de su domicilio y comunicarse con ella por cualquier medio telemático, según ha informado a Efe la letrada de la menor.

La abogada ha subrayado que sin embargo, cuando la joven quiso matricular en el instituto de FP de la localidad se planteó el tema ante el Juzgado de Menores, pues el chico estudiada ya en ese centro, y este ha resuelto, "con el beneplácito de la fiscalía de menores", que "no procede acceder a lo solicitado".

"Lo acordado en el auto de medidas cautelares no puede quedar vacío de contenido y a capricho de la víctima", afirma la resolución del Juzgado, y añade que "si se ha acordado una prohibición de acercamiento y comunicación con la víctima es para que ésta también se atenga a lo que se ordena".

Y precisa al respecto que, si el joven "está matriculado con anterioridad" en el centro "donde ahora pretende estudiar la víctima, resulta obvio que aquel tiene prioridad y es la víctima la que tendrá que buscar un nuevo centro".

Para el Juzgado de Menores, "las resoluciones judiciales están para cumplirse y no para que se modifiquen a capricho de las partes" y más "teniendo en cuenta que la conducta de la víctima y sus decisiones arbitrarias, ya que no existe prueba alguna que las sustente, no pueden perjudicar al interés del menor, quien ningún problema está planteando en relación con la medida acordada".