Elorrio. Un grupo del hogar de jubiladas y jubilados Berrio-Otxoa de Elorrio rindió un emotivo homenaje el pasado 18 de noviembre a la que fuera su presidenta durante tres años, Begoña Garaizabal Azkarraga. La esposa de Juan Amilibia, que también había sido vocal de la directiva del centro, falleció el 4 de octubre a los 70 años de edad. Un centenar de compañeros del hogar aplaudió con afecto en Aldatsekua una proyección de fotografías y las intervenciones de algunos de los organizadores. Para dar comienzo al acto de reconocimiento, en el que estuvo presente DEIA, se vivió un minuto de silencio. Familiares directos de Garaizabal estuvieron presentes en el homenaje.
"Queremos reconocer de forma pública la labor desempeñada por Bego, su trabajo. Agradecer su dedicación al puesto de presidenta, de la que nos hemos beneficiado", valoraron y llegaron a una conclusión: "Hacer tiene sus riesgos. Equivocarse es fácil por si lo que haces no es del gusto de todo el mundo. Hizo y, como cualquier persona, lo hizo bien y también haría algo mal, pero sin pensar en hacerlo. Queremos agradecer la presencia de familia, amigos y jubilados que nos hemos reunido aquí".
A continuación, el exparlamentario jeltzale Iñigo Agirre proyectó fotos históricas de la vida de Begoña Garaizabal Azkarraga: "De sus tiempos de niña, de joven, en fiestas, con sus familiares, en el coro parroquial. Queremos agradecer a todas las personas que han colaborado en esto".
Garaizabal nació el 29 de agosto de 1943 en Elorrio, en Kantokua. Estudió en el colegio de La Milagrosa de la villa y ya a los trece años comenzó a trabajar como recadista en la Cooperativa San Luis. Contrajo matrimonio con Juan Amilibia -empleado en la empresa Funcor- a los 22 años. La pareja ha dado al mundo tres hijos: Libe, Jaso y Edur. Hasta la fecha, tienen tres nietos: Odei, Suzette y Martín.
buena relaciones públicas Desde el hogar de jubilados y jubiladas de Elorrio recuerdan a Bego como "una relaciones públicas tremenda. Se relacionaba de forma muy fácil con todo el mundo. Era una persona muy atenta con el resto, hasta el punto de que mi madre murió un día y me llamó ella desde el hospital para darme el pésame, y dos días después falleció ella. Era una mujer de mucho corazón y un poco cabezona, pero buenísima persona, muy buena, además de trabajadora", explica una de las organizadoras del homaneja a este diario.
Para entonces, las imágenes proyectadas con compases de txistu en directo de fondo, mostraban a la elorriarra de pro en su colegio, el día de su comunión, cantando Santa Águeda en 1955, en dantzas con sus amigas Josune, Garbiñe, Maite... En excursiones a Besaide, Santander, Biarritz, Elizondo o Delta del Ebro, así como en Aranjuez, Lodosa...
Una imagen informa de que se casó con Amilibia el 8 de junio de 1966, otra en bici junto a otra Begoña, en este casi Kerejeta, y una tercera vestida de Verónica en la Semana Santa de 1963. Otras evocaban su paso por el coro parroquial o la despedida que le hicieron en Eroski, donde trabajó la hija de Bruno Garaizabal y de Francisca Azkarraga.
Tanto la directiva de Berrio-Otxoa como el marido de Bego, hijos y nietos, no olvidarán nunca, además de su entrega a todos y cada uno de ellos, lo buena cocinera que fue. "Le encantaba cocinar, experimentar con todo tipo de alimentos. Tenía numerosas recetas. ¡Hacía una tarta de puerros! Espectacular todo lo que cocinaba", subrayó la familia tras el acto. Sus compañeros coincidieron en concluir que Bego fue una "buena presidenta. Atenta con los de alrededor", en este caso con los 651 socios y socias del centro de jubilados y jubiladas Berrio-Otxoa de Elorrio.