AL unísono. Así caminó ayer el ejército formado por los 5.200 componentes del Alarde tradicional de Hondarribia: perfectamente coordinados y con ritmo marcial. Los sonidos de txilibitos y tambores pudieron escucharse desde bien pronto por la mañana en la ciudad costera. El buen tiempo y el hecho de que fuese sábado también ayudó, e hizo que el de ayer fuese uno de los Alardes más populosos que se recuerdan.

Los más madrugadores amanecieron con la Alborada, a las 05.00 horas, y con la Diana que tuvo lugar una hora después por la calle Mayor. Las unidades, además, también salieron a la calle antes de despuntar el alba para acudir como es costumbre a recoger a las cantineras a sus casas. La que hizo uno de los recorridos más peculiares fue, sin duda, la compañía Mixta, apodada compañía de veraneantes, que fletó un barco para acudir en busca de Tatiana Fernández de Casadevante hasta Hendaia.

Otro de los más madrugadores fue el comandante del Batallón, Lázaro Olaziregi, que para las 07.15 horas ya se encontraba en los jardines de Gernikako Arbola, haciendo trotar a su montura, ligeramente inquieta. Olaziregi fue el encargado de recibir a todas las compañías. La primera en llegar fue Gora Arran-tzale Gazteak más de una hora antes de su salida, a las 07.25. Su cantinera, Naiara Álava, explicó a este periódico que se había levantado a las 03.30 de la madrugada. "Me han aconsejado que esté tranquila, que disfrute, porque esto solo ocurre una vez", afirmaba orgullosa.

El burgomaestre, Patxi Goikoetxea, que repite por tercer año en este cargo, llegó a falta de 10 minutos para comenzar el Alarde, después de que sus ayudantes fueran a buscarle. Tras pasar revista a las tropas, Goikoetxea mandó al cornetín, Odei González, que diera la orden de empezar con la Arrancada, que dio inicio al desfile.

Como es tradición, a las 09.00 horas en punto, la primera unidad, la escuadra de Hacheros, cruzó el arco de Santa María y toda la calle Mayor de Hondarribia rompió en aplausos. Tras los Hacheros desfiló la Tamborrada que este año estrenó Tambor Mayor: José Mari Bandrés. Y después vino la compañía Banda de Música... y así hasta completar las 20 unidades, que subieron por la calle Mayor hasta Arma Plaza.

Un poquito antes, a las 08.20 horas, Jaizkibel, la compañía en la que la mujer desfila también como soldado, realizó su recorrido por la calle Mayor entre abucheos, plásticos negros, caretas blancas y carteles de Betiko alardea que portaban los partidarios del Alarde tradicional. En el recorrido también recibieron aplausos de sus simpatizantes. Tras llegar hasta la plaza de Armas, volvieron a descender por la calle Mayor sin que se produjeran altercados.

Este año por primera vez se ha implantado un Reglamento de uso de armas. Así las cosas, no hubo ninguna fuga de disparos y solo se usaron los fusiles en el momento que lo ordenaron los mandos. Para esta edición y posteriores, el que quiera portar un fusil tendrá que registrarse -cada arma llevaba una pegatina que acretidaba su registro- y los cartuchos (que serán todos del mismo color para poder identificar a posibles culpables) serán entregados por los responsables de cada compañía.