BILBAO. El papel tiene los días contados en el ámbito sanitario. Al menos esa es la apuesta del Departamento de Sanidad dirigido por el consejero Rafael Bengoa que ayer presentó la primera fase de implantación de la receta electrónica, e-rezeta, en Euskadi que comenzará esta semana en los municipios de Derio (Bizkaia) y Abetxuko (Araba), con lo que un total de 10.195 residentes no necesitarán recetas de papel para obtener sus medicamentos.

El despliegue del nuevo sistema continuará en septiembre con la incorporación a esta primera fase de otras seis localidades vascas: Ribavellosa, Oñati, Lekeitio, Hondarribia, Elorrio y Labastida. Una vez detectadas y corregidas las dificultades que hayan ido surgiendo, el Servicio Vasco de Salud irá extendiendo al resto de pacientes de la comunidad autónoma el nuevo sistema de prescripción médica sin papel hasta que se complete su despliegue en los primeros meses del año 2013.

El consejero Rafael Bengoa defendió que la e-rezeta es "un proyecto clave" para Euskadi ya que "con esta receta electrónica, desaparece el papel y, probablemente, haya que ir al Museo de Historia de la Medicina para ver las recetas que hemos estado usando toda la vida, porque sencillamente van a desaparecer", aseguró. Bengoa también añadió que "la e-rezeta es parte de la entrada en la era digital de Osakidetza. Estamos intentando adaptar la medicina que tenemos del siglo XXI con la organización del siglo XX".

desplazamientos Según los responsables del proyecto, una de sus principales virtudes es que tras acudir a la consulta del médico, este informará a la oficina de farmacia del medicamento prescrito al paciente y el enfermo deberá acudir con su tarjeta individual sanitaria (TIS) para poder recibirlo. Los enfermos con tratamientos prolongados y los crónicos no tendrán que volver a la consulta a por recetas, sino que presentando su tarjeta sanitaria en la farmacia se le dispensará periódicamente la medicación que requieran hasta la fecha de la revisión médica, tal y como explicó Bengoa. Además, el consejero añadió que la e-rezeta permitirá "un mayor control de los diferentes fármacos que toma cada enfermo, advertirá de alergias de cada paciente y alertará de posibles incompatibilidades que se dan en ocasiones con personas tratadas de varias patologías".

La receta electrónica para tratamientos de corta duración tiene una caducidad de diez días. En el caso de los tratamientos crónicos la receta no caduca hasta la fecha de revisión, esto es, diez días antes de la fecha teórica de fin del envase y cualquier día posterior a esa fecha. Por último, a pesar de todo, si se va a una población en la que no está el nuevo sistema operativo, antes habrá que acudir al centro de salud para que faciliten una receta en formato papel.