El vecino de Abetxuko Gorka Pérez no podía creer lo que veían sus ojos el viernes cuando se disponía a pasar una tranquila mañana a orillas del río Ebro. Lo que prometía ser una jornada más de pesca, como cualquier otra, se convirtió en un día que este joven gasteiztarra, de profesión soldador, nunca olvidará.

En un entorno privilegiado como son las lagunas de Montañana, Gorka ponía en práctica su paciencia para tratar de capturar una perca americana negra que le había encargado un familiar. "No suele ser lo habitual porque yo siempre hago pesca sin muerte, es decir, devuelvo el pez al río. Pero esta vez me habían pedido un favor", explica. De repente, este aficionado a la pesca notó un fuerte tirón en la caña, lo que le llevó a pensar que algo de grandes dimensiones había picado. Estaba en lo cierto. Un depredador de 52 centímetros de largo, 20 de ancho y un peso total de 3 kilos y 140 gramos luchaba desesperadamente por soltar el anzuelo. "Tardé más de diez minutos en conseguir arrastrarlo hasta la orilla desde una distancia de 30 metros", explica emocionado.

La sorpresa del deportista fue tal que no paraba de gritar en medio de la calma de este tranquilo paraje burgalés. Por desgracia se encontraba solo, lo que le impedía compartir su inmensa alegría. "Me dije que no me podía marchar de allí hasta inmortalizar el momento, por lo que esperé dos horas hasta que llegaron más pescadores y me sacaron una foto", asegura.

No era la primera vez que se hacía con una captura importante. En noviembre de 2010 pescó una perca americana negra de 2,5 kilos y hace sólo dos sábados también se llevó a casa un ejemplar de gran tamaño. Para ello se suele valer de un vinilo que le traen desde Estados Unidos, una especie de goma que simula un cebo real, en este caso un cangrejo. Sin embargo, pese a su técnica depurada nunca antes había llegado a capturar algo de tan tremendas dimensiones. "Es muy difícil conseguir sacarlo del agua, porque son peces que saltan mucho, ellos mismos se desgarran la boca y en el 90% de los casos son capturas que se suelen perder", explica.

Gorka reconoce que lleva todo el fin de semana mostrando con orgullo las fotografías en su barrio. Aunque no va a poder degustar la perca, ya que la ha regalado, asegura que su sabor es muy especial. "Es muy parecido al de la trucha, pero más fino", aclara.

Mientras disfruta de esta gran alegría ya tiene en mente su próxima captura, y es que en las siguientes semanas tratará de superar su propio récord.