A Díaz Ayuso le sugieren los suyos que pare ya de hacer ruido con la ilegalización de EH Bildu, que no ven por dónde cogerlo y que, además, empieza a incomodar a las víctimas –Consuelo Ordóñez y Pablo Romero se lo trasladaron ayer– y a su partido que se dedique a dar recomendaciones a su presidente, Núñez Feijóo, con el que se diría que está disputando unas primarias o así.

La evidencia de que la distracción está tocando a su fin es la vuelta del resto de partidos al foco de sus ofertas electorales. Con mayor o menor fortuna, con mayor o menor aplicabilidad en el marco foral y municipal, los mensajes empiezan a tocar la calle que conoce la ciudadanía.

Era previsible que una huelga de Osakidetza en plena campaña alimentara la oposición. Los candidatos de Elkarrekin Podemos participaron en las movilizaciones y ocurrirá lo mismo la próxima semana con sus compañeros en Madrid, cuando los maestros pararán para pedir mejor sueldo y menos horas de jornada. Al menos enarbolan el tuétano de la reivindicación y no el desmantelamiento de la educación.

EH Bildu cogió el guante de la sanidad con retórica –Otegi: “el PNV ha degradado la joya de la corona”– y oferta de mejoras que le pedía al Gobierno vasco y ahora resulta que Rocío Vitero, su candidata en Gasteiz, dice que las puede hacer ella desde el ayuntamiento. Otro tanto con Iker Casanova, que va a elevar las pensiones mínimas a 1.080 € (49 más que ahora con la RGI) con dinero de la Diputación... si obtiene la competencia.

A PP y PSE les pasó ligera factura en Euskadi su hiperactividad como anfitriones de los últimos días con las visitas de sus mayores en el Estado y ayer bajaron el pistón. Iturgaiz se fue a Madrid a escuchar lo que Díaz Ayuso dirá en unos días en Bilbao y entre los socialistas todo recayó en sus propuestas municipales, en ausencia de primeras espadas.

Sí tenía munición importada Elkarrekin Podemos en Zumarraga, con la eurodiputada valenciana y portavoz de IU Sira Rego reivindicando los servicios públicos y las energías renovables, como los parques eólicos que rechaza la formación en cada ayuntamiento vasco.

El PNV arrancó fuerte con Ortuzar reuniendo a los alcaldables de las tres capitales. El diagnóstico general lo hizo el presidente del EBB, con aviso amable al PSE para que acierte al buscar socio, y Aburto, Artolazabal y Goia centrados en lo más próximo al ciudadano, con propuestas urbanísticas, de servicios y nombres de barrios y calles que les suenan a sus vecinos.

Por la tarde, Atutxa en Zalla, Urkullu en Donostia y el propio Ortuzar en Gasteiz acompañaron a sus candidatos locales y lanzaron guantes para no perder el tren de la movilidad del corredorAtlántico y animar a la participación en las urnas para distinguir entre modelos de país.

Votos y pucherazo

Mientras comenzaban a llegar las papeletas de voto a los centros de distribución a los colegios, ayer también fue el último día para apuntarse al voto por correo. Superada la leyenda urbana de que si lo solicitas no te toca ese día mesa electoral –aunque ya están comunicadas sus titularidades y suplencias hace días–, preocupa más un presunto intento de pucherazo en Melilla por compra de votos mediante este sistema.

Será verdad o conspiranoia, pero el caso es que en la ciudad africana uno de cada cinco censados con derecho a votar había pedido hacerlo por correo –casi 10.000 personas– y las colas de ayer se disiparon por ensalmo cuando se anunció que se comprobaría el DNI al que fuera a depositar el voto a Correos. ¿Antes no era preceptivo? Así estamos.