Pedro Sánchez acudirá mañana viernes a Catalunya en pleno incendio por el escándalo del espionaje a dirigentes independentistas, y el president de la Generalitat, Pere Aragonès, se encargó de marcar el terreno elevando su nivel de exigencia y reclamando dimisiones para que las aguas vuelvan a su cauce. De lo contrario, la vía del diálogo por la que ha apostado de forma decidida en la presente legislatura quedará tocada de muerte, advirtió. Ambos, el presidente español y el jefe del Govern, coincidirán en la XXXVII Reunión del Cercle d'Economia, que este último se encargó de inaugurar ayer miércoles.

Resulta a todas luces evidente que la revelación que llevó a cabo Moncloa el pasado lunes de que el propio Sánchez y la ministra de Defensa, Margarita Robles, han sido asimismo espiados con el programa Pegasus no ha contribuido a bajar el suflé, más bien lo contrario. En un discurso muy duro, Aragonès calificó de insuficiente la gestión que el actual inquilino de Moncloa está haciendo de esta crisis. La consecuencia, a su juicio, es que "está dinamitando la vía del diálogo y la negociación".

Reclamó que cuanto antes "se produzca un punto de inflexión", así como pasos decididos para reconstruir la confianza con el Govern y retomar el proceso de negociación de cara a resolver el conflicto catalán. Robles, que ayer miércoles protagonizó una tensa intervención en el Congreso, es una de las principales señaladas, por depender el CNI de su cartera y porque la semana pasada llegó a justificar el espionaje.

"Si la voluntad de negociación del Gobierno del Estado y del presidente Sánchez es real, es imprescindible que se aclaren todas las dudas y las sospechas sobre quién ha ordenado el espionaje, con qué finalidad y quién ha tenido acceso a la información", dijo Aragonès. Añadió que si Sánchez "cree realmente en el diálogo, es necesario que se depuren y se asuman las responsabilidades correspondientes".

A partir de ahí, el president reivindicó que desde que fue investido jefe del Govern ha hecho una "apuesta inequívoca para abrir un proceso de diálogo y negociación para resolver el conflicto político" en Catalunya. "Transitar por esta vía es una apuesta valiente que necesita toda la convicción. Yo la tengo, puedo acreditar sobradamente mi compromiso al haber abierto una etapa de diálogo y negociación con el Estado", que se basa en reconocer a la otra parte y hablar para llegar a acuerdos, insistió.Diferente vara de medir

Pere Aragonès lamentó que este compromiso con la negociación "no es correspondido por el Gobierno del Estado", y puso sobre la mesa la diferente vara de medir respecto al espionaje sufrido por Sánchez y Robles, que ha provocado una indignación y una serie de medidas "diametralmente opuestas" a la posición de Moncloa ante las escuchas a independentistas.

"No puede ser que haya un espionaje bueno y justificable, y uno malo e injustificable. Creemos que es absolutamente inaceptable para el diálogo institucional", lamentó, y concluyó que el caso Pegasus puede cambiar el rumbo de la vía de la negociación, que calificó de "imprescindible para todos los retos que tenemos".