Pablo Casado no teme que le fase factura una nueva foto de Colón junto a Vox y C’s, que ayer martes confirmó su presencia en el acto contra los indultos y, en concreto, la de Inés Arrimadas. El líder del PP justificó su posición recurriendo a que lo que en verdad le daría “vergüenza” es hacerse fotografías junto a EH Bildu, en alusión a que la coalición soberanista forma parte del bloque de la investidura que aupó a Pedro Sánchez. Así quiso minimizar el efecto de coincidir con la ultraderecha, achacando el debate sobre esa posible instantánea a un “globo sonda” y censurado el “reparto de carnets democráticos” que, a su juicio, se está produciendo con esta concentración. Curiosamente, Vox dijo ayer no querer fotografiarse con quienes no piensan como ellos o son “más tibios”, según su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, en referencia a PP y Ciudadanos. También desde Génova precisan que la intención es que Casado acuda a título individual para dar protagonismo a la sociedad civil.

Arrimadas está en esa idea asegurando que los políticos deben acudir como “ciudadanos de a pie” para protestar contra unos indultos que califica de “insultos” e “infamia”. Por esa circunstancia llamó a participar “masivamente” en el acto organizado por Unión 78, al tiempo que expresó un apoyo “sin matices” y “sin fisuras” a la convocatoria. “Sánchez no lo hace por el bien de España, sino porque quiere mantenerse en la poltrona al precio que sea”, espetó.

Por su parte, el Gobierno español cargó contra la protesta porque “no todo vale en política ni se debe politizar”. La ministra portavoz, María Jesús Montero, se mostró convencida de que no habrá “banderas” de su partido en esa marcha ya que “las personas que van buscando ese interés general no se van a sumar a una foto que sinceramente creía que había quedado para la historia”. “Lo que no es ninguna solución es taparse la cara como los monos de Gibraltar”, subrayó la socialista, quien destacó que el objetivo de Sánchez es “dejar un país mejor que el que se encontró”.