"Este acuerdo no hace que ERC sea menos republicana, menos independentista y menos de izquierdas, sino que la hace más útil". Esquerra celebró el pacto presupuestario alcanzado con el Gobierno español, y que prevé un incremento de la inversión en Catalunya superior a los 2.300 millones de euros, congratulándose de que el Estado se haya visto "obligado" a alcanzar un consenso "con el independentismo vasco y catalán", en referencia a su propio partido y a EH Bildu. Así se pronunció el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián, festejando que se esté "ante un cambio de paradigma" en tanto que antes desde Madrid se buscaba la alianza solo con el "nacionalismo de derechas" de esos territorios, aludiendo así a CiU y PNV. "No me consta que Duran i Lleida fuera republicano, nosotros sí. No me consta que fuera independentista, nosotros sí. No me consta que fuera de izquierdas, nosotros sí. Y principalmente nosotros no hemos negociado esto en una suite en el Palace ni en el Majestic ni estamos invistiendo a Aznar", relató Rufián, quien no cree que quien fuera líder de Unió acordara gestionar el Ingreso Mínimo Vital (IMV), que se halla entre los puntos del consenso atado con Moncloa.

El vicepresident del Govern, Pere Aragonès, añadió que este paso lo dan también "por responsabilidad" ante la crisis provocada por la pandemia, amén de haber arrancado que la Generalitat participe en la gestión de los fondos europeos y el levantamiento del control financiero sobre el Ejecutivo catalán, entre otras cuestiones. "No es ningún cheque en blanco", consideró Aragonès, quien precisó que el único Presupuesto justo que puede tener Catalunya es el de un Estado independiente, pero que ahora mismo la realidad no es esta, sino que es una crisis sanitaria, económica y social: "En el independentismo no renunciaremos nunca a hacernos cargo de esta realidad. La independencia la queremos para solucionar el día a día de la gente". Pese a que el acuerdo no contempla ningún avance de la mesa de diálogo sobre el conflicto catalán, subrayó que hay que "seguir creando las condiciones" para favorecer la negociación bilateral, conscientes desde ERC de que desde la derecha española "intentarán desestabilizarnos pero no lo conseguirán". El acuerdo suscitó críticas asimismo desde la vertiente independentista al calor del clima electoral. De hecho, el president inhabilitado por el Supremo, Quim Torra, sacó pecho de que, en su mandato, los grupos soberanistas tumbaran las Cuentas española, marcando distancias con Esquerra con la siguiente advertencia: "No se pueden aprobar los Presupuestos de un Estado que te quiere sometido nacionalmente y asfixiado económicamente. Es uno de los honores más grandes de mi carrera política".

Inversiones

Con los 2.339,4 millones de euros de inversión, las transferencias de capital del Estado hacia la Generalitat llegarán al 19,13% del total de lo que recibirán las comunidades, por encima del peso de la población catalana (16,3%). La gestión del IMV en Catalunya servirá para coordinarlo con otras prestaciones como la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC); y el Govern participará directamente en el reparto de los fondos europeos, gestionando el 54%, 596 millones de euros directos.

Fin de la ventaja fiscal. Sobre el visto bueno a eliminar las ventajas fiscales en la Comunidad de Madrid, el vicepresident Pere Aragonès reseñó que servirá para acabar con el "dumping fiscal", ya que cree que hay territorios que hacen competencia desleal en cuestiones fiscales aprovechándose de su situación, como en el caso de Madrid por ser capital del Estado. "Se han acabado los privilegios", replicó a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien advirtió de que "seré la peor pesadilla de quien quiera tocar el bolsillo a los madrileños".

"No se pueden aprobar las Cuentas de un Estado que te quiere sometido nacionalmente y asfixiado en lo económico"

Expresident de la Generalitat

"El único Presupuesto justo es el de un Estado independiente, no vamos a renunciar pero ahora mismo la realidad es otra"

Vicepresident de la Generalitat