En el Consejo de Gobierno de ayer, el Ejecutivo de Iñigo Urkullu refrendó uno de los aspectos clave de su programa para esta legislatura: el plan para la reconstrucción del empleo y para blindar los servicios sanitarios de la CAV tras los estragos de la pandemia del coronavirus. Así, el lehendakari y los consejeros dieron luz verde a un documento de diez objetivos que, entre otras cuestiones, se marca como retos garantizar el sistema de salud público, reactivar la economía y crear nuevos puestos de trabajo, y avanzar en la inclusión social en los próximos cuatro años.

En la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Ejecutivo, el portavoz Bingen Zupiria explicó que el gabinete ha trasladado ya el programa de recuperación al Parlamento Vasco para su desarrollo, y destacó que hay tres principios claros por los que se rige el plan: blindar la sanidad pública y el servicio de Osakidetza, impulsar la salida de la crisis económica, y garantizar las ayudas y las prestaciones sociales a la ciudadanía vasca.

Más a fondo, el documento al que Lakua dio ayer luz verde pone sobre la mesa varios objetivos trascendentales para la legislatura. Entre ellos, destaca el de reducir el paro por debajo del 10% -una de las principales inquietudes de Urkullu- y el de ahondar en el peso del segundo sector en Euskadi, con el reto de que la suma de las actividades industriales y de los servicios avanzados ligados a la industria superen el 40% del PIB de la CAV. De esta forma, el impulso al segundo sector se torna trascendental para poder cumplir el objetivo de la reducción del desempleo.

hacia la vanguardia de la ue

Asimismo, el plan también se marca como prioridades lograr elevar la convergencia en Investigación y Desarrollo a la media europea, colocar a Euskadi entre los cinco países europeos con menor desigualdad social y posicionarse entre los seis países de la UE con mayor índice de igualdad de género. Completan estos retos la consolidación de la tasa de abandono escolar por debajo del 7% y avanzar en el conocimiento del euskera, el aumento de la esperanza de vida hasta los 85 años, la reducción en un 30% la emisión de gases de efecto invernadero, lograr que la cuota de energías renovables represente el 20% del consumo final de consumo de energía en la comunidad y, finalmente, que las tasas de natalidad aumenten un 10%.

Estas propuestas se articulan en cuatro ejes: la prosperidad, entendida como la activación de una transformación de la actividad económica y el empleo; las personas, con la salud, la educación, los servicios públicos, la igualdad, las políticas sociales y culturales, la convivencia y los derechos humanos como objetivos ; el planeta, con el fin de avanzar hacia una transición ecológica y climática "justa", y el autogobierno, con el reto de ampliarlo y mejorarlo.