El lehendakari quiere dejar cerrado el debate sobre la fecha de las elecciones antes de que sea demasiado tarde y se pierda la oportunidad de celebrarlas en julio, el mes en que los expertos creen que el coronavirus permanecerá en una fase de letargo. Iñigo Urkullu volverá a reunirse mañana con los partidos para analizar la nueva fecha de las elecciones tras el aplazamiento de los comicios del 5 de abril y, aunque no está claro que vaya a ser la reunión definitiva, el Gobierno vasco sí dio señales ayer de que el tiempo corre y es necesario dejar encarrilado cuanto antes este asunto. El portavoz, Josu Erkoreka, avisó de que, “si el debate se sitúa entre julio u otoño, si no se decide ahora, la alternativa de julio desaparece sin haberla sopesado, sin haberla contrastado, sin haber hecho la reflexión oportuna, y nadie sabe si la situación en octubre será mejor”. Las elecciones se deben convocar con 54 días de antelación, de ahí la urgencia.

La seguridad del lehendakari con los informes que señalan el mes de julio, así como los obstáculos que se han ido despejando del camino después de que el Boletín Oficial del Estado haya publicado el decreto que permite las elecciones, hacen presagiar una decisión rápida, pero el lehendakari aún no la ha tomado formalmente y escuchará a los partidos. El procedimiento de escucha se pactó con la Junta Electoral vasca y así quedó reflejado en el decreto que dejó sin efecto las elecciones del 5 de abril, pero ese decreto solo dice que escuchará a los partidos, la competencia sigue siendo suya, y este debate va a depender sobre todo de los criterios sanitarios y de que haya llegado o no el momento de levantar la declaración de emergencia sanitaria vasca, el paso previo a la convocatoria de los comicios. Desde su entorno recalcan que no va a ser una decisión política, sino sanitaria. En ese sentido, se mantiene que octubre es un mal mes por el posible rebrote del virus.

El lehendakari anunció la semana pasada a los partidos en la Diputación Permanente que va a reunir al comité LABI para evaluar la emergencia sanitaria. En paralelo, desde Galicia, que también aplazó sus elecciones, el popular Alberto Núñez Feijóo estudia igualmente la quincena más favorable y no descarta julio. Es casi una tradición que las elecciones vascas y gallegas coincidan. El Boletín Oficial del Estado despejó el camino el fin de semana al publicar el decreto de prórroga del estado de alarma, pactado con el PNV y aprobado por el Congreso, que deja claro que el Estado no pondrá obstáculos y mantendrá engrasados los servicios de su competencia, como Correos (para el voto por carta) y el INE (para el censo). Hoy tendrá lugar una reunión de la Junta Electoral vasca, liderada por el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Juan Luis Ibarra, que alimenta la sensación de que los astros se están alineando para que se anuncie pronto una decisión.

No obstante, según las fuentes consultadas por DEIA, la Junta no se reunirá para analizar nada que guarde relación con la fecha, sino que estudiará unos escritos que le han llegado con algunas dudas sobre candidaturas y cambios que se deben realizar. Sobre todo, son escritos de Elkarrekin Podemos-IU. Ibarra no va a entrar en especulaciones sobre la fecha de la cita, sino que se centrará en las garantías del proceso para las candidaturas y el derecho a voto de los ciudadanos. Cuando se convoquen las elecciones, vigilará que se repita todo el proceso para dar margen a que se actualicen o se presenten nuevas candidaturas.

Desde el entorno del lehendakari aseguran a este periódico que desconocen las intenciones de Urkullu y si va a tomar una decisión el jueves. No se puede descartar del todo una nueva cita, pero ya sería la tercera por el desacuerdo sobre todo de EH Bildu y Elkarrekin Podemos y parece difícil imaginar que el chicle de la fecha electoral se vaya a estirar tanto. Formalmente, para que los comicios tuvieran lugar en el último domingo de julio, el día 26, aún quedaría margen en lo que resta de mayo para realizar la convocatoria. Sin embargo, la decisión se tiene que ir perfilando y lleva aparejado todo un ritual que impide solventarlo en un único día. El lehendakari tiene que escuchar a los partidos, levantar la declaración de emergencia sanitaria con el comité LABI de protección civil, someter el debate a la deliberación del Consejo de Gobierno y redactar un decreto de convocatoria que sería publicado al día siguiente en el Boletín Oficial del País Vasco. A partir de ahí comenzarían a correr los 54 días. El Consejo de Gobierno no tendría por qué tener lugar un martes como es habitual, sino que podría adelantarse y convocar uno extraordinario. Si no se optara por julio, quedaría septiembre, pero plantea el problema de gestionar el voto por correo en agosto.

Ante la pregunta de si el lehendakari va a convocar esta misma semana, Erkoreka dijo que lo único cierto es que hay una reunión y Urkullu aportará informes con medidas sanitarias. Lo que quiere es “contrastar los pros y contras” de julio u octubre. “Cuándo y cómo firmar el decreto no lo podemos adelantar. Dependerá de la reunión”, dijo.

Reunión de partidos. El lehendakari se reunirá mañana con los partidos para escuchar su opinión.

Comité LABI y emergencia sanitaria. Urkullu anunció la semana pasada que se iba a reunir con este comité para evaluar si procede levantar la declaración de emergencia, paso previo a convocar las elecciones.

Consejo de Gobierno. La decisión se debe someter a deliberación.

Decreto en el BOPV. El decreto saldría publicado al día siguiente en el Boletín Oficial del País Vasco y correrían los 54 días para las elecciones.

Gobierno en verano. Urkullu quiere poner fin a la excepcionalidad de gobernar sin Parlamento, que se puedan hacer leyes y se aproveche el verano para negociar un gobierno que pueda presentar Presupuestos en otoño.

“No podemos adelantar cuándo y cómo firmar el decreto; dependerá de la reunión con los grupos”

Portavoz del Gobierno vasco

“Si el debate es julio u otoño, si no se decide ahora, la alternativa de julio desaparece sin haberla sopesado”