Solo falta que el Gobierno español responda con un pulgar hacia arriba y lo haga oficial. El Gobierno vasco ha remitido al Ejecutivo de Pedro Sánchez toda la documentación que acredita que la comunidad autónoma cumple con los requisitos para pasar, a partir del lunes, a la fase uno en el proceso de vuelta a la normalidad en las calles. Esa fase permite celebrar reuniones de hasta diez personas, abrir el comercio y las terrazas con un aforo limitado, y otras actuaciones para las que el Gobierno español exige a las autonomías requisitos como tener entre 1,5 y 2 camas de UCI por cada 10.000 habitantes para responder a un eventual repunte del coronavirus, una meta que el Gobierno vasco cree que alcanza sobradamente con 550 en total. Las consejeras de Salud, Nekane Murga, y de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, se lo trasladaron ayer cara a cara en una reunión por videoconferencia al ministro de Sanidad, Salvador Illa. La cita, de una hora, transcurrió en un clima de colaboración y todo apunta a que el Gobierno español va a cumplir con las condiciones que pactó con el PNV a cambio de su apoyo al estado de alarma: cogobernanza y toma de decisiones compartidas. En cualquier caso, la decisión definitiva se tomará hoy en un nuevo encuentro, "de manera conjunta" entre ambas instituciones. Las fuentes consultadas por DEIA no se toman este aplazamiento como una señal de que hay escollos para el acuerdo, sino que todas las comunidades están manteniendo más de una reunión con el Estado. Por lo pronto, el Gobierno español confirmó ayer por boca de la ministra Darias que no pondrá "ningún impedimento" para las elecciones si se quieren hacer en julio.

El Gobierno vasco plantea avanzar hacia la fase uno en el conjunto de toda la comunidad autónoma, con un planteamiento general, como ya informó este periódico. El director de emergencias sanitarias del Estado, Fernando Simón, dio a entender ayer que su gobierno se está asegurando con un análisis detallado. Dijo que Euskadi está "en general, en una situación relativamente buena", pero que la fotografía específica en algunos de sus territorios hay que evaluarla con cuidado. No tiene por qué significar que la decisión final sea fragmentada y vaya en contra del criterio unitario del Gobierno vasco.

En la desescalada, los dos socios del Gobierno vasco, PNV y PSE, caminan de la mano. Debería llegar también un aval de los socialistas en el Estado, sobre todo después de que Sánchez se comprometiera con los jeltzales a pactar la desescalada y a que sean los presidentes autonómicos quienes la apliquen. Pero el Gobierno español se guarda por ahora el anuncio de la lista de las comunidades autónomas que van a pasar a esa fase y no la hará pública hasta hoy a la noche o mañana. El silencio en Madrid puede deberse a una cuestión de protocolo para que sea el presidente Sánchez quien lo haga oficial en una de sus habituales ruedas de prensa.

PNV y PSE no tienen dudas, y ayer expresaron por boca de sus máximos responsables que en Euskadi se dan las condiciones para dar un paso más hacia la desescalada. Desde el Gobierno vasco defienden que harán un seguimiento exhaustivo de la desescalada con prudencia.

El presidente de la ejecutiva del PNV, Andoni Ortuzar, confió en que Euskadi entre en la fase uno el lunes. "Esperemos que sí. Cumplimos los parámetros y es la petición que ha hecho nuestro gobierno", dijo en TVE. La secretaria general del PSE, Idoia Mendia, cuya opinión puede ser una avanzadilla de lo que decidan sus compañeros socialistas en el Estado, fue contundente al asegurar que para pasar de fase hay que cumplir "unos indicadores de contagios, tener camas de UCI libres, y hasta el día de hoy podemos decir que Euskadi cumple todos los parámetros". "El Gobierno vasco se lo ha pedido al Ministerio de Sanidad, ha dado todos los datos para que dé el ok. Creo que es importante poco a poco ir reactivando los sectores y la vida en las calles", defendió en Radio Popular.

El lehendakari ofrecerá más datos sobre el plan hoy en la Diputación Permanente. La respuesta del Estado es un asunto capital: es la prueba del algodón de la voluntad de Sánchez después de que se comprometiera con el PNV a pactar la desescalada con las comunidades autónomas. Está por escrito, porque incorporó sus enmiendas al decreto de prórroga del estado de alarma que aprobó el miércoles el Congreso de los Diputados. El Gobierno vasco ha avanzado ya por su cuenta un plan de desescalada y ha ofrecido en público algunas píldoras como el regreso a las aulas en los cursos superiores de la educación secundaria y Formación Profesional a partir del 18 de mayo.

Illa y el "check list" La petición de avanzar hacia la fase uno es casi unánime. Se desmarcan Catalunya y Castilla y León, que solo la contemplan en zonas concretas y prefieren mantener un confinamiento severo. Otros territorios, como Andalucía o Cantabria, piden ir más allá en el relajamiento y adelantar actividades como, en el primer caso, el baño en las playas, y en el segundo, la pesca recreativa. El Gobierno español pone como requisitos el ratio de 1,5 a 2 camas de UCI por cada 10.000 habitantes, tener entre 37 y 40 para agudos, y realizar test. Illa se reserva el anuncio y dice que los indicadores se analizarán "no como un check list de cumple o no cumple que pueda hacer un chico de 15 años, sino de forma cualitativa".