- Pablo Iglesias justificó ayer las prisas y las discusiones internas en el Gobierno español que han rodeado hasta ahora el desarrollo del Ingreso Mínimo Vital (IMV) que el Ejecutivo aprobará, previsiblemente, el mes que viene. Interpelado sobre la cuestión por el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, el vicepresidente segundo defendió que es necesario poner en marcha esta renta de rescate a las familias cuanto antes para atender a los ciudadanos que se han quedado descolgados con la crisis generada por la pandemia del covid-19. Sin embargo, no aclaró nada sobre cómo va a armonizar esta prestación estatal con la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) consolidada en Euskadi con fines similares.

Esteban cuestionó a Iglesias por la política basada en anuncios imprecisos, contradictorios y no consultados que, a su juicio, ha demostrado el Gobierno en relación a esta medida, después de que en las últimas semanas se hayan aireado las diferencias entre los socios de coalición del Gobierno español en torno a esta medida. El ministro de Seguridad Social e Inclusión, José Luis Escrivá, abogaba por una renta vital estructural, cuyo diseño y aprobación le llevaría unas semanas, mientras que la formación de Iglesias apostaba por una medida puente que sirviera de forma inminente a las familias que han sido golpeadas por la pandemia y carecen de recursos. El ministro llegó incluso a decir que se enteró por la prensa de que tenía que presentar públicamente ese anuncio junto a Iglesias. Finalmente, el IMV será aprobado en mayo, según ha indicado el ministro esta semana. El titular de Seguridad Social ha asegurado que será “compatible” con las prestaciones que ya se ofrecen en las comunidades autónomas, aunque sin más precisiones.

“No seré yo quien diga que este Gobierno lo hace todo bien. Hacemos algunas cosas mal. Hemos hecho algunas cosas mal y haremos algunas cosas mal en el futuro y deberemos aceptar la crítica con humildad”, respondió Iglesias en el Congreso ante la crítica de Esteban sobre las prisas y la falta de coordinación con Euskadi, pionera en el Estado en impulsar la renta básica. “El Gobierno no puede poner el piloto automático y tiene que tomar muchas decisiones y tener muchas discusiones”, argumentó el vicepresidente segundo.

Tras cuestionar la imagen que ha dado el Gobierno, el diputado vasco avisó a Iglesias de que esta cuestión “no se puede convertir en una carrera para ver quién saca la cabeza”, con continuos “anuncios de medidas inmediatas”.

Esteban le recordó que ese proceder puede “poner en peligro” no solo los acuerdos necesarios para sacar adelante la medida sino también la “efectividad” de las ayudas, sobre todo en las comunidades, como Euskadi, donde ya existe una prestación similar. No hacerlo bien puede generar, advirtió, problemas jurídicos “muy importantes” o “transferencia competencial”.

En la réplica, Iglesias no entró al trapo y no precisó cómo se armonizarán la IMV con la renta de garantía de ingresos vigente en Euskadi y fundamentó su argumento en la urgencia de las familias sin ingresos. “Dice que no hay que tener tanta prisa. Seamos sensibles. Usted y yo no tenemos ningún problema para llegar a fin de mes, pero hay gente que tiene verdadera angustia por no llegar a fin de mes”, aseveró.

A este respecto, Iglesias reconoció que aunque es verdad que a veces la prisa “es enemiga de la eficacia”, en este caso están justificadas por esa urgencia de las familias sin ingresos. Según ha trascendido, el IMV llegará a cerca de un millón de familias que percibirán una cantidad variable en función de las circunstancias pero con un mínimo de unos 500 euros.