- Si no fuera porque la expresión no es muy propia de su estilo, podría decirse que el lehendakari dio ayer un golpe sobre la mesa, que dijo basta al presidente español, Pedro Sánchez, por su forma de gestionar la crisis del coronavirus tomando decisiones desde su mando único sin consultarlas con las comunidades autónomas, como el reparto de las mascarillas para los trabajadores en el transporte público; o con sus frecuentes globos sonda y rectificaciones. En la quinta reunión de Sánchez con los presidentes autonómicos por videoconferencia, Iñigo Urkullu estalló. El lehendakari había optado estas semanas por dedicar solo unos segundos a la crítica, pero ayer centró su discurso en pedirle que reconsidere de manera "urgente" el método de trabajo, que tome las decisiones en coordinación con los territorios, con un método de trabajo "más horizontal", una comunicación "fluida" antes de anunciar nada a la prensa, y con respeto al autogobierno.

Sánchez aprueba sus medidas de manera unilateral en Consejo de Ministros, y el domingo se limita a hacer partícipes a los presidentes territoriales en estas reuniones que son poco más que una fotografía y comienzan a convertirse en una olla a presión de descontento. "Cada vez resulta más difícil esta permanente escenificación. Debemos ofrecer certezas", avisó. Cree que la situación "no es admisible". Sánchez está erosionando su relación con Urkullu y con el PNV, su socio más leal.

Pero la crítica es ya generalizada. El descontento de los representantes autonómicos marcó ayer un punto de inflexión que obligará al socialista a tomar medidas para aplacar el enfado con su proceder. La quinta reunión por videoconferencia desembocó en un chaparrón de críticas hacia su costumbre de anunciar primero las medidas en Consejo de Ministros, y presentarse después ante los líderes autonómicos en estas reuniones del domingo con la decisión ya tomada. Todo ello, agravado en los últimos días por constantes rectificaciones, confusiones y globos sonda. Urkullu pidió una "reconsideración urgente sobre el formato y el método de trabajo, porque no es admisible la desorientación que provocan". "No podemos estar cada semana a expensas de la orden ministerial que conocemos por los medios sin saber si se respeta o no el ámbito competencial", zanjó el lehendakari. Presidentes del PP, como el gallego Alberto Núñez Feijóo, o con mayor claridad el andaluz Juan Manuel Moreno, pidieron adelantar la reunión de presidentes para que sea antes del Consejo de Ministros. Aunque los socialistas cerraron filas, también hubo apelaciones a "una mayor coordinación" por boca de barones como Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha.

Urkullu le reprochó que estos días "se han vuelto a proponer en cuestión de horas criterios opuestos". Le pidió "certezas" sobre la gestión de la pandemia, que confirme el escenario que se abre hasta el 26 de abril durante el estado de alarma y, previsiblemente, hasta el día 10 de mayo por una nueva prórroga. "Una colaboración efectiva y eficiente es determinante y, para lograrla, pongo el acento en la palabra certeza: necesitamos gestionar certezas y, especialmente, comunicar certezas a la sociedad", recalcó. Urkullu repasó hasta seis agravios: recordó que el miércoles y el jueves se celebraron reuniones interterritoriales de sanidad y protección civil y nadie del Gobierno español ofreció directrices sobre el uso de las mascarillas, que después se anunciaría en rueda de prensa; dijo que el viernes entregó el listado de locales para las personas sin síntomas, pero todavía no sabe cómo se va a financiar su alimentación o la higiene o cómo se van a utilizar las infraestructuras; lamentó que tampoco tiene respuesta sobre la invasión competencial de las políticas activas de empleo; censuró que se han abierto dos incógnitas más sobre el ingreso mínimo vital que puede afectar a la renta de garantía de ingresos vasca, o la provisión de viviendas para los casos de violencia de género; y lamentó haber conocido por la prensa los bocetos del Gobierno español para la vuelta a la normalidad.

"Como siempre, vía filtración que es desmentida, pero que me temo acabará confirmándose. Este es el quinto domingo consecutivo en el que nos encontramos con que se comunican decisiones no compartidas", reprochó. La situación viene propiciada por el mando único, con Sánchez argumentando que hacen falta soluciones comunes para un virus que no tiene fronteras. Urkullu dijo que "colaboración y coordinación no es imposición".

Sánchez volvió a ofrecer un "pacto de reconstrucción económica y social" y pidió colaboración a las autonomías. "No veo en ningún gobierno autonómico ningún adversario, sino un aliado", dijo. En una rueda de prensa posterior, no entró a valorar las críticas, pero sí pidió que comience la "desescalada" de la tensión política, sobre todo en alusión al PP para que se sume a unos Pactos de La Moncloa. Urkullu aclaró que, antes de hablar del "envoltorio", habría que trabajar "contenidos". "Ofrezco colaboración en este ejercicio desde la especificidad y singularidad", reiteró. El president Torra, por su parte, anunció "medidas propias" porque no comparte la vuelta a las empresas.