- Los gobiernos comienzan a pensar en el soñado regreso a la normalidad, y quieren aprovechar la prórroga de los quince días del estado de alarma para empezar a diseñar una transición ordenada que permita a partir de entonces relajar algunas medidas del confinamiento por el coronavirus, tolerar cierta movilidad de los ciudadanos, decidir qué sucede con el curso escolar, y debatir la apertura del comercio y otros sectores afectados por el parón. En este debate, el lehendakari plantea al presidente español, Pedro Sánchez, que el plan sea compartido, pero que tenga en cuenta la situación específica de cada comunidad autónoma, tal y como explicó ayer tras el Consejo de Gobierno. Según fuentes de Lehendakaritza consultadas por DEIA, el Gobierno vasco trabaja ya en su propio plan para anticiparse a la situación. También lo hacen otros territorios como Nafarroa, Baleares y Catalunya. Al mismo tiempo, el Gobierno español confirmó ayer por boca de la ministra María Jesús Montero que sus expertos están perfilando los distintos escenarios para esa vuelta gradual a la normalidad. El reto radicará en encajar todas estas piezas del rompecabezas, porque cada territorio plantea unos ritmos y necesidades diferentes, en función de su realidad sanitaria y económica. Parece difícil que todo el Estado abra al unísono.

La ministra Montero volvió a realizar ayer una defensa férrea del mando único de Sánchez en esta crisis, y aseguró que “de nada serviría”, por ejemplo, relajar algunas medidas en las residencias de ancianos de ciertas comunidades autónomas, y no hacerlo en el resto, porque entre los territorios no hay cierre de fronteras y las medidas deben ser “homogéneas”. Concedió la posibilidad de fijar una “leve” singularidad. Estas palabras pueden anticipar alguna fricción, pero las fuentes consultadas creen que en la práctica ya se están tomando medidas que atienden a la situación concreta de cada uno. Ya hubo decisiones diferenciadas al principio de esta crisis porque el cierre fue escalonado: algunas comunidades decretaron antes que otras medidas para restringir la movilidad. No se trataría de hacer algo muy distinto ahora, para revertir el confinamiento. El Gobierno vasco fue pionero en todo el Estado a la hora de decretar el cierre de los centros educativos en Gasteiz y, si se mira a otros territorios, Catalunya tomó la delantera al decretar el cierre total en el perímetro de Igualada, que ya ha sido levantado. A nivel internacional, en Italia, Lombardía es el epicentro de la crisis y está retrasando la salida del confinamiento, como sucedió cuando rechazó abrirse a los paseos con los niños.

Habrá que ver cómo encajan las propuestas autonómicas en el marco general que diseñe el Estado. También en este caso hay un precedente de solución dialogada. El Gobierno español decretó el cierre total de la actividad económica no esencial, y terminó asumiendo la propuesta del Ejecutivo vasco para permitir el trabajo, aunque fuera de mínimos, en sectores como la siderurgia. También ahora, las preocupaciones de territorios como Baleares van por otros derroteros, por el peso que tienen en su economía el turismo y los hoteles. Los dirigentes autonómicos tienen presente que tras esta emergencia sanitaria, habrá que superar las consecuencias económicas. En la reunión del domingo entre Sánchez y los presidentes territoriales, todos o casi todos trabajaban en su propio plan. La ministra Montero avanzó ayer que “hay grupos de trabajo” en su gobierno, y que verán “cómo está el virus” en cada comunidad, aunque la idea es que haya homogeneidad.

El Gobierno vasco está trabajando en distintos escenarios. Ahora que las empresas van a recuperar totalmente la producción tras Semana Santa, queda por aclarar la situación del curso escolar, los actos públicos, los bares, el comercio o el ocio. En cada categoría se esbozan varios escenarios: si el estado de alarma se levantara pronto, podría terminar el curso de manera presencial; de lo contrario, sería difícil. En el Estado se descarta el aprobado general y, por otro lado, hay que valorar la situación de los alumnos de segundo de Bachillerato, que tienen que realizar la selectividad en julio en Euskadi. Otra incógnita es la celebración de las elecciones que, además, dependen de que el lehendakari levante la declaración de emergencia. El PNV quiere recuperar la normalidad lo antes posible, pero sin poner en peligro la salud. Comparte que no se puede salir en tromba a la calle porque pondría en riesgo lo logrado. Debe ser gradual.

El lehendakari dijo que trabaja en un plan para la vuelta a la normalidad. “Tenemos que anticiparnos. Debe ser gradual y compartido, pero que tenga en cuenta las especifidades de la comunidad autónoma, las medidas de la Unión Europea y otros países del mundo”, aclaró.

“El plan debe ser gradual y compartido, pero que tenga en cuenta las especificidades ”

Lehendakari