Bilbao - Parecía estar de capa caída en el plano informativo, aunque muchos analistas aseguran que el expresident Carles Puigdemont continúa moviendo los hilos del independentismo desde su exilio en Waterloo, en Bélgica. Pero el flanco judicial, ese que ha puesto en tela de juicio a las instancias españolas, le ha devuelto el protagonismo a Puigdemont y a su exconseller Toni Comín. El Parlamento Europeo les reconoció este pasado viernes a ambos su condición provisional como europarlamentarios, apenas 24 horas después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) se pronunciara a favor de la inmunidad de Oriol Junqueras. Pues bien, el soberanismo catalán ya prepara una nueva manifestación para trasladar la cuestión catalana a su vertiente internacional. Arroparán a Puigdemont en su estreno en Estrasburgo el próximo 13 de enero, denunciarán la situación de Junqueras -encarcelado en Lledoners- y exigirán ejercer el derecho de autodeterminación de manera efectiva.

El soberanismo ha visto en la sentencia europea un balón de oxígeno para un procés que parecía languidecer internado en un callejón sin salida. De hecho, tanto el president Quim Torra como Puigdemont no dudaron en atizar a España, y a su Justicia, nada más conocerse el dictamen europeo, ya sea porque es en Bruselas donde los catalanes encuentran "la justicia que se les niega en España", o porque, como el expresident denunció, "Junqueras siga secuestrado en la cárcel". Sin prohibición de entrada al Parlamento Europeo -aunque el otorgado el viernes fuera un título provisional que deberán hacer efectivo en su estreno en enero en la Cámara-, Puigdemont y Comín tendrán el altavoz perfecto para mantener vivas las demandas independentistas. Por otro lado, las calles de Estrasburgo también serán el escenario en el que el independentismo -que ya ha mostrado músculo allí en más de una ocasión- trasladará nuevamente sus reclamaciones.

La concentración, de la que aún se desconocen algunos detalles pero que ya ha sido lanzada a través de las redes sociales, está convocada por el colectivo Omplim Estrasburg para visibilizar esta causa, pero también para reclamar que un eurodiputado "electo" como Junqueras pueda "asumir su acta". "No fue posible por la deriva antidemocrática del Estado español, la represión judicial ejercida por el Tribunal Supremo sobre Oriol Junqueras y la amenaza de prisión de Carles Puigdemont y Toni Comín por parte de la Policía española en territorio francés", censuran. Así, los objetivos de la marcha en la ciudad francesa son "acompañar" a Puigdemont y Comín como "eurodiputados de pleno derecho", pero también "exigir al Parlamento Europeo y a las instituciones de la UE que obliguen a España a tomar las decisiones que permitan a Junqueras asumir, sin más demoras, su condición de eurodiputado".

Autodeterminación Bajo la etiqueta #TornemAEstrasburg (volvemos a Estrasburgo), el manifiesto de Omplim Estrasburg también apunta hacia otras direcciones. El colectivo asegura ser "consciente de que no seremos libres hasta que no nos vulneren los derechos fundamentales y podamos ejercer de manera efectiva el derecho de autodeterminación. Queremos decidir nuestro futuro en libertad, sin amenazas, represión y violencia". Asimismo, anunciaron que "exigirán al Parlamento Europeo que reconozca que el derecho de autodeterminación es un derecho fundamental de los europeos y que España debe aceptar", según concluyeron.

No es la primera vez que una marcha supera los límites de Catalunya para llegar hasta el corazón de Europa. Organizados por la ANC y Òmnium, el soberanismo ya marchó en Bruselas en diciembre de 2017 congregando a 45.000 personas, según contabilizó la Policía belga. Fue un baño de masas para Puigdemont, que entonces vivía un momento de esplendor mediático que puede recuperar en breve.