bilbao - Tras el sainete de la investidura fallida y en medio del malestar de los ciudadanos por la repetición electoral, los partidos mayoritarios del Estado intentaron cerrar ayer un documento para que la campaña de las generales del 10 de noviembre sea más austera y se reduzca el gasto. Lo impulsó el PSOE de Pedro Sánchez, que está siendo señalado estos días como uno de los principales responsables de la repetición electoral y de este nuevo gasto por no haber llegado a un acuerdo de investidura con Pablo Iglesias. PSOE, PP, Podemos, C’s, Vox, Izquierda Unida, Compromís, En Comú, ERC y JxCat se comprometieron ante notario a no colgar banderolas ni gastar en publicidad exterior, aunque quedó condicionado a que lo aceptaran todos los partidos del Congreso. El PNV no lo comparte porque cree que es un lavado de cara de los principales partidos tras haber sido culpables de la repetición electoral, cree que la reducción del gasto es insignificante para los grandes, y que penaliza a los partidos territoriales que no pueden compensar la pérdida de algunos espacios con su presencia en las cadenas de televisión estatales. EH Bildu tampoco lo firmó, aunque asegura que se desmarca porque ya cumple lo que se plantea. El pacto también terminó naufragando por discrepancias entre los mayoritarios sobre el buzoneo.

El PNV vio “demagógica y ridícula” la reducción del gasto, e invitó a PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, “responsables de la repetición electoral”, a aplicar las medidas para una campaña sostenible que ya están en marcha en Euskadi y que implican no utilizar banderolas, farolas ni otros soportes invasivos. El pacto de ayer incide en la publicidad exterior, el 10% del gasto. Las banderolas en las farolas son muy frecuentes en Madrid, y fueron espectaculares, por ejemplo, en las elecciones autonómicas catalanas, donde los carteles ocupaban las vías más largas, como la Diagonal, pero los grandes partidos pueden compensar esta pérdida con la atención que les prestan los medios de comunicación estatales y su presencia en los debates de televisión. Por lo tanto, la pérdida es menor, y el recorte del gasto es solo un 10% (según el Tribunal de Cuentas, en 2016 se gastaron 2,4 millones en ese terreno, pero en el caso de Podemos y el PSOE no utilizaron ni un euro). No hace referencia a los grandes actos multitudinarios, cuyo gasto queda intacto.

En Euskadi no se utilizan las banderolas. La campaña es austera de por sí. Pero este asunto de la publicidad exterior penalizaría al PNV, que ya no podría colgar la tradicional lona en Sabin Etxea y, para colmo, no puede compensarlo con su presencia en los debates. Para el PNV es crucial hacerse visible con esos detalles para no desaparecer y que la ciudadanía vasca sepa que hay opciones abertzales que compiten en las generales y no quede todo eclipsado por el combate entre Sánchez, Casado, Rivera, Iglesias y Abascal. El PNV lanza como reflexión que el ahorro sería absoluto si se hubieran evitado las elecciones. Por ello, cree que es una propuesta “de cara a la galería”.

En el caso de EH Bildu, las fuentes consultadas aseguran que las medidas no afectan directamente a sus filas. “Ya las cumplimos en todas las campañas y, por tanto, no vemos la necesidad de participar en un acuerdo impulsado por los principales partidos del Estado con un claro objetivo electoral”, argumentan. A su juicio, serán esos partidos quienes “tendrán que explicar por qué no lo han hecho hasta ahora”. “Nuestras campañas siempre han sido low cost. De hecho, ni siquiera pedimos un solo euro a los bancos, autofinanciamos con fondos propios nuestras campañas...”, dicen.

buzoneo Al tratarse de una repetición electoral, de entrada se contempla por ley un recorte del 30% en las subvenciones y una reducción del 50% en el límite de gasto. El pacto de ayer añade la renuncia a la publicidad en las calles, lo que supone vetar los carteles en las farolas. El PSOE envió este documento al resto, lo que provocó que el PNV viera un trágala. C’s se sumó aunque no se atendió su apuesta por un buzoneo conjunto de publicidad (para ahorrar 20 millones), ni al menos dos debates con los cinco principales grupos.