BARCELONA. El presidente catalán, Quim Torra, ha iniciado este miércoles su discurso ante el pleno del Parlament con una advertencia tras la operación policial contra los Comités de Defensa de la República (CDR): "No permitiré nunca que se quiera asociar un movimiento radicalmente democrático con el terrorismo".

En el arranque del debate de política general en el Parlament, Torra ha recordado que ayer envió una carta al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, denunciando los "hechos gravísimos" que a su entender constituyen las detenciones de miembros de los CDR el pasado lunes.

Torra ha dicho que "el movimiento independentista ha sido, es y será pacifico y no violento", ya que busca alcanzar la independencia "siempre por medios democráticos", y ha subrayado: "En Catalunya queremos basar toda la actuación de las administraciones públicas en el respeto escrupuloso de los derechos humanos, civiles y políticos, individuales y colectivos".

El president ha advertido al Estado de que su calidad democrática se verá en la reacción a la respuesta que se dé desde el Govern a la sentencia del Tribunal Supremo contra los impulsores del 1-O.

"Veremos si el Estado supera la prueba y cuánta democracia es capaz de asumir. Lo sabremos en pocos días. Gobernantes y fiscales ya han avanzado cuándo se producirá la sentencia contra vuestros compañeros de escaño", ha interpelado Torra a los diputados en su intervención en el Debate de Política General de este miércoles.

Torra ha proclamado la muerte de la separación de poderes en el Estado y ha asegurado que las instituciones españolas carecen de neutralidad, señalando especialmente al poder judicial y al Rey.

"Solo alguien muy confundido o mal intencionado puede decir que la separación de poderes existe. El monarca perdió la neutralidad institucional si es que alguna vez la tuvo y el Constitucional actuó contra la palabra democrática del Estatut", ha añadido.

Ha tachado de irregular el uso del artículo 155 de la Constitución para intervenir el autogobierno catalán: "Consiguieron suspender instituciones democráticas y gobiernos legítimos. La represión política ya es una práctica normalizada. Ya no hay ningún partido de ámbito español que no avale el 155".

Para Torra la Constitución ha dejado de basarse en la voluntad popular y ahora se basa en "la unidad española, base del Estado de derecho y mandato directo de los jueces", por lo que ha sostenido que no espera nada bueno de la sentencia del Supremo.

"Es la carta de defunción para Catalunya. ¿Quién puede defender que habrá juicios y sentencias justas a la disidencia política?", ha criticado, y ha defendido que en Catalunya son miles, millones los que defienden el empoderamiento ciudadano y las libertades de todos.

Ha asegurado que desde los partidos de ámbito estatal se dado un silencio clamoroso por respuesta a lo que sucede en Catalunya y ha preguntado "¿Dónde está ahora el amigo español?".

INESTABILIDAD Ha asegurado que el Debate de Política General es para él el Debate del Estado de la Nación, y ha reflexionado que sobre él "sobrevuela la grave crisis institucional española".

"Cuando alguien me hable de inestabilidad en Catalunya me arrancará una amplia sonrisa. ¿Qué pasa en España? Que no se ponen de acuerdo nunca si no es para defender la unidad de España", ha reprochado.

Ha afirmado que el Estado es quien tiene dificultades reales con la cultura del pacto y el acuerdo, ha recordado las palabras del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, sobre que no podría dormir si hubiera llegado a según qué acuerdos para gobernar y ha ironizado: "¿Por qué hay un presidente que dice que no podría dormir con ministros de otro partido? En Catalunya no hubiéramos dormido desde hace tiempo".

"No es precisamente un canto a la tolerancia y aceptación de la diferencia esto que está pasando en Madrid", ha dicho, y también ha criticado la falta de acuerdo con comunidades como la catalana.

Ha recordado la moción de censura apoyada por los partidos catalanes con representación en el Congreso y que, tras ello, hubo "algún gesto tímido" de Sánchez en la línea de reconocer que había un problema político que se tenía que resolver con diálogo.

Ha lamentado que la propuesta del Govern de resolverlo a través de un referéndum "nunca tuvo una contrapropuesta y la parte de la hoja del diálogo que debía rellenar el Gobierno está en blanco".