bilbao - El PNV ya no ve la luz al final del túnel. Los jeltzales pidieron ayer que se intente la última vía que queda para superar el bloqueo entre los socialistas y Podemos, aunque Pedro Sánchez no tiene, de momento, ninguna intención de sondear esa posibilidad. En concreto, el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, pidió que entren en acción los líderes de los partidos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, para que mantengan una reunión y den un impulso político y en persona a las conversaciones de la investidura. La propuesta llega ante la parálisis de sus equipos negociadores, a los que el PNV considera inhabilitados tras dos reuniones y nueve horas de conversación dando vueltas a la rotonda de la fórmula de gobierno. Mientras sus equipos fracasaban, los dos líderes escribían sobre baloncesto en sus redes sociales. El PNV cree que solo Sánchez e Iglesias pueden desbloquear la situación.

Esta propuesta es la misma que lanzó ayer Pablo Iglesias, aunque el PNV es igual de crítico con él que con Sánchez por su manera de gestionar la investidura y enrocarse en los reproches. El PNV es consciente de que la vía de la reunión de alto nivel es un clavo ardiendo porque Sánchez e Iglesias tampoco se soportan, pero desde Sabin Etxea son concluyentes: “Es intentar eso, o bajar la persiana”. Sánchez rechazó la propuesta, un anuncio que no gustó al PNV, que no está viendo que el socialista ponga todo de su parte para evitar las elecciones. En cualquier caso, los jeltzales tampoco se alinean con Iglesias y han criticado todo este tiempo sus formas y su efectismo con anuncios en la tribuna del Congreso o en la prensa, con la intención de que Sánchez quede al descubierto con sus portazos y sea el culpable de las elecciones.

Esteban aprovechó ayer su turno de intervención en el pleno del Congreso de los Diputados para pedir esa reunión. “Ustedes son los únicos que pueden arreglarlo, porque sus equipos ya no tienen capacidad negociadora”, dijo, interpelando directamente a Sánchez e Iglesias. “Lo tienen que conseguir ustedes. El bloqueo está en sus personas. No es imposible. Hay retos. Hay una oportunidad. Es posible si hay voluntad e inteligencia”, alentó. En ese mismo debate, Sánchez rechazó la reunión y emplazó a Iglesias a canalizar sus propuestas a través de su delegación en la mesa de diálogo entre las dos bancadas. Iglesias dijo entonces que será él quien lo llame para intentarlo.

El emplazamiento llega después de que el PNV haya recriminado estos días a las dos partes que no estén acometiendo un esfuerzo real, y que solo se preocupen por ganar la batalla del relato y culpar al rival de la repetición electoral. La presidenta de la ejecutiva vizcaina, Itxaso Atutxa, llegaba a decir anteayer que duda a estas alturas de que Sánchez quiera de verdad un acuerdo, y teme que pretenda unas elecciones en la creencia de que puede arañar algún escaño más. El descontento de los jeltzales es patente, tanto con Iglesias como con Sánchez, a quien auparon durante la moción de censura y ahora puede volver a sorprenderlos con otra convocatoria electoral, tras la que decretó con la caída de los Presupuestos.

reproches Esteban repartió las culpas: no entiende por qué el PSOE ya no acepta el gobierno de coalición que sí dio por bueno en julio, y tampoco comprende que Unidas Podemos llegue tarde y pretenda volver ahora a la propuesta de ministerios que rechazó por considerarla humillante hace un mes y medio. El jeltzale defendió que lo bueno de los acuerdos es que no haya “vencedores y vencidos”, pero cree que, al haber llevado la pugna hasta este punto, ahora es “muy difícil” ese final que satisfaga a todos. “Pero no es imposible”, animó. El PNV ya ha dejado claro que no será un obstáculo para la investidura y que no pretende negociar nada, porque el momento es grave, exige responsabilidad y hay que evitar una repetición electoral que conceda otra oportunidad a la derecha recentralizadora. El partido de Andoni Ortuzar aspira a desplegar su influencia a medida que avance la legislatura, pero sin apretar ahora. En ese sentido, tiene un calendario de transferencias y de inversiones con compromisos que exigirá que se mantengan.

El PNV está muy bien informado. Se acaba de reunir con Sánchez y es pesimista con conocimiento de causa. La expresión más repetida por cualquier jeltzale en privado en los últimos días es que no hay más cera que la que arde, y que no se mueve nada en la mesa de negociación del PSOE y Podemos más allá de lo que conoce el común de los mortales por los medios de comunicación. Es decir, la situación es lo que parece: el bloqueo es absoluto. Solo una propuesta de última hora podría evitar las elecciones, pero Ortuzar admitió ayer que no ve opciones de “vuelco”.