BILBAO - Tal y como se veía venir, la reunión de ayer entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se saldó con un rotundo fracaso, haciendo todavía más latentes las diferencias entre ambos líderes y complicando sobremanera un respaldo de Unidas Podemos al PSOE en la investidura. En la hora y media que duró el encuentro ninguno de ellos se movió de su posición inicial -Sánchez enrocado en el Gobierno monocolor e Iglesias reclamando que su formación encabece ministerios-, por lo que la relación entre los dos partidos se resquebraja a pocos días ya de la primera sesión en el Congreso (lunes 22 de julio) y se abre la grieta de unas nuevas elecciones.

Todo ello entre reproches mutuos y acusaciones de inmovilismo en las conversaciones. La formación morada asegura que Sánchez está ya en el escenario de una repetición electoral y busca una investidura fallida para afianzar su relato. Los socialistas, por su parte, rechazan este extremo y acusan a Iglesias de exigir una vicepresidencia encabezada por él, lo que a su vez niega Unidas Podemos. Así, el caldo para la desconfianza está servido entre dos formaciones que desde la moción de censura y hasta la fecha han funcionado como socios.

En las declaraciones de los políticos nada más concluida la reunión ya se palpaba la ruptura, y ni desde el PSOE ni desde Podemos escatimaron críticas. En el partido morado aseguraron que Pedro Sánchez amenaza con unas nuevas elecciones si no logra ser investido en el primer intento de investidura y criticaron que los socialistas no quieran negociar, sino “intentar imponer” un Ejecutivo de partido único con un programa que no ha sido consensuado. Creen que Sánchez está actuando como si dispusiera de una mayoría absoluta y azuza el fantasma de los comicios en lugar de ofrecer “certezas y garantías”. El propio Pablo Iglesias demandó al presidente en funciones que flexibilice su postura y negocie una coalición de izquierdas sin líneas rojas. “No es serio ir a una investidura sin haber logrado apoyos y amenazar con una repetición electoral”, lamentó.

El PSOE, por su parte, esgrime contra sus hasta ahora socios sus pretensiones de ocupar sillones, lo que creen que ha dinamitado las negociaciones. Así, desde Ferraz trasladan que Pablo Iglesias ha puesto como exigencia ser vicepresidente del futuro Gobierno y ha tensado al máximo el encuentro -Podemos tacha de “absolutamente falso” este extremo-. Los socialistas niegan asimismo que trabajen ya con la hipótesis de elecciones, pero advierten de que la investidura de este mes va a ser la única ocasión para conformar un Ejecutivo. “No hay segundas oportunidades”, trasladó la portavoz Adriana Lastra a la formación morada, a la que acusó además de decir “falsedades” sobre las conversaciones.

De esta forma, entre acusaciones y desmentidos, la negociación se da por rota en este momento, aunque el secretario general de Podemos quiso dejar una puerta abierta en caso de que el PSOE recapacite. Así, Pablo Iglesias mostró confianza en que Pedro Sánchez “más tarde o más temprano rectificará” y negociará la formación de un Ejecutivo en coalición. En los pasillos del Congreso de los Diputados, donde tuvo lugar el encuentro entre los dos líderes, Iglesias declaró que espera que los socialistas “se muevan” próximamente. “Nosotros no hemos parado de flexibilizar nuestra posición”, defendió, a la par que criticó que el Gobierno monocolor que quiere Sánchez “va en una dirección contraria a lo que ha votado la ciudadanía”.

Sin embargo, en Ferraz dudan de que la voluntad negociadora de los morados sea real y les acusan de no responder a las propuestas lanzadas -como el documento marco presentado el pasado lunes-, así como de intentar descalificar a Pedro Sánchez. “En las dos últimas semanas les hemos propuesto un acuerdo de programa: no obtuvimos respuesta. Propusimos un acuerdo institucional en el que Unidas Podemos se convierte en el socio preferente de un Gobierno de izquierdas: no obtuvimos respuesta. Hemos propuesto la creación de una comisión de seguimiento de esos acuerdos: tampoco nos ha respondido el señor Iglesias”, se explayó Adriana Lastra.

Con todo ello, la dirigente socialista avisa a Iglesias de que la sesión de investidura que comienza el próximo día 22 es la última oportunidad para alcanzar un acuerdo y cree que la ciudadanía no va a entender un “bloqueo” a la reelección de Pedro Sánchez por parte de Unidas Podemos, cuyos votos son ahora mismo indispensables para que la votación salgo adelante.

el gobierno pide “realismo” Por su parte, el Ejecutivo en funciones reclamó ayer al líder de Podemos que tenga “realismo, madurez y prudencia” y le recordó que la unión entre ambas fuerzas no suma mayoría absoluta ni garantiza que la investidura se haga efectiva. La vicepresidenta Carmen Calvo defendió además que el Ejecutivo español “ni va tarde ni ha estado parado” en la negociación y se remitió al documento presentado por el PSOE el lunes, que a su juicio sintetiza los aspectos más importantes de los programas de los socialistas y los morados. “Es un intento completamente leal, respetuoso y necesario de encontrar puntos de apoyo para la investidura”, defendió Calvo.