bilbao - La confianza entre EH Bildu y el PNV en el debate del nuevo estatus de autogobierno se está quebrando y todo apunta a que la coalición abertzale lo va a agitar como argumento electoral para marcar perfil ante los jeltzales. Ayer personalizó por primera vez en el experto del PNV, Mikel Legarda, los retrasos en la redacción del articulado.

Ambos partidos acordaron las bases, con la aportación de Elkarrekin Podemos en lo referido a los derechos sociales, pero la coalición abertzale se ha quejado del ritmo del grupo de expertos que tiene que transformar esa propuesta en un articulado, y registrará el suyo propio. Aunque ayer trató nuevamente de rebajar la temperatura de la controversia aclarando que no quiere romper el acuerdo, salir de la ponencia ni presentar en público su texto, añadió una muesca más en la relación con el PNV al personalizar su queja por los ritmos en el experto designado por los jeltzales, Mikel Legarda. La Ponencia de Autogobierno dará luz verde hoy a una prórroga hasta el 30 de noviembre, y EH Bildu cree que hay que buscar la responsabilidad en el representante del PNV, que “no ha sido un aliado”, está siendo “extremadamente tibio” y “no ha tirado del carro”.

En una entrevista concedida a Onda Vasca, el parlamentario Iker Casanova comenzó refiriéndose en genérico a que “ha habido miembros de la comisión que han frenado de manera activa el debate”, y otros “no han esgrimido la legitimidad democrática que tenían para ir lo suficientemente rápido”. Cuando se le pidió concreción, dijo que la representante de Elkarrekin Podemos, Arantxa Elizondo, “está teniendo un papel extremadamente ambiguo”, pero no quiso entrar en detalles y recondujo el foco hacia Mikel Legarda, en quien vio además una responsabilidad adicional porque tiene un cargo político en el PNV como diputado en el Congreso. “No ha sido un aliado”, resumió, para defender a su experto Iñigo Urrutia como el único que habría peleado por cerrar un texto este mes.

La alusión de EH Bildu a la legitimidad democrática vuelve a situar el debate en los parámetros de ampliar o no el acuerdo. El PNV quiere ensancharlo porque el texto tiene que pasar por el Congreso de los Diputados, pero EH Bildu ve un intento de descafeinar lo pactado. Ayer mismo, Casanova dijo que los juristas son “albañiles, no arquitectos”, y tienen que construir el edificio con los planos que tienen, porque la comisión no es “un segundo foro de debate”.

PNV, Elkarrekin Podemos y PSE han defendido la labor de los juristas y han comprendido su retraso porque el debate es complejo. La discreción ha sido absoluta. Solo saltaron las chispas al principio de la encomienda a los juristas, cuando el designado por el PP, Jaime Ignacio del Burgo, vinculó las bases del estatus con ETA y se granjeó el reproche del PNV, que consideró que había quedado inhabilitado. A partir de ahí, con los juristas trabajando en silencio, nadie ha dicho una palabra más alta que otra. De ahí que la crítica de ayer de EH Bildu a Legarda sea poco común. No mencionó nada sobre el experto del PP o el del PSE, Alberto López Basaguren. EH Bildu aceptará “con resignación” la prórroga.

Por parte del PP, Alfonso Alonso confirmó que rechazarán la prórroga para que el PNV “diga con claridad” de inmediato qué quiere hacer y si se ha “arrepentido” del acuerdo con Bildu, que a su juicio supone “una propuesta soberanista a la catalana”. “Para mí lo mejor sería que se dijera que esto no va a ningún lado, se acabó y se rompe ese acuerdo. Si no, antes de que termine el verano, en julio, tiene que estar clarificado para que todo el mundo sepa a qué atenerse”, dijo.