Bilbao - La próxima semana, cuando la campaña de las elecciones municipales, forales y europeas del día 26 se encuentre ya en su decisiva recta final, las miradas se van a desviar por unos momentos hacia Madrid y su Congreso de los Diputados. En pleno fragor electoral, el martes de la semana que viene arrancará de manera oficial la nueva legislatura española con la constitución del Congreso y el Senado y sus respectivas mesas, una sesión rodeada de morbo político y miradas ávidas de detectar las primeras pistas sobre los acuerdos poselectorales. El PSOE no ha querido mostrar sus preferencias para evitar que le pase factura en la actual campaña electoral, y de momento solo se han producido conversaciones sobre la operativa del Congreso de los Diputados, el reparto de la Mesa, los despachos y la presidencia de las comisiones.

Es en este punto, de manera muy preliminar, donde el PSOE ha reactivado el diálogo con el PNV, uno de sus socios en el corto mandato de diez meses de Pedro Sánchez. Lo relevante de este movimiento es que fue la vicesecretaria socialista, Adriana Lastra, quien lo hizo público ayer por iniciativa propia en una entrevista. Probablemente ese diálogo no se traducirá en que el PNV tenga representación en la Mesa del Congreso. Los jeltzales no lo pretenden, y los socialistas han apostado finalmente por una Mesa con los cuatro principales partidos tras mantener estas conversaciones. Sí es posible que los jeltzales repitan en el Senado.

Lastra confirmó en la cadena Ser que está dialogando con Unidas Podemos (en concreto, con Irene Montero) sobre la composición de la Mesa, la intendencia en general, el reparto de los despachos y la necesidad o no de abordar en el futuro una reforma del reglamento. Dijo que estos asuntos se están tratando con las principales fuerzas estatales, Unidas Podemos, PP y Ciudadanos, pero cuando se le preguntó si el PSOE está en contacto con el independentismo catalán, rebajó el diálogo en ese caso y dijo que ha hablado con Rufián (ERC) y Nogueras (JxCat) “de alguna cuestión menor, de temas de intendencia”. Fue ahí donde introdujo por propia iniciativa y sin ser preguntada al respecto que con quien están hablando de la composición de la Mesa es “con los cuatro grandes, Unidas Podemos, PP, C’s ... y también hemos hablado con el PNV”, un dato que aireó en contraposición a sus reservas sobre los grupos catalanes. En esa conversación, no citó a EH Bildu.

Los socialistas demuestran con este movimiento que no les duelen prendas a la hora de mencionar al PNV como uno de sus interlocutores, algo que no sucede por ahora con ERC. Lastra ha mantenido contactos con el portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, según aclaran fuentes del grupo vasco a este periódico, pero concretan que no han exigido tener presencia en la Mesa ni es un asunto por el que vayan a empujar porque no les quita el sueño, no creen que les corresponda un puesto, y creen que es lógico que se respeten los criterios de representación parlamentaria. De hecho, aclaran que han tenido conversaciones que van más allá de esa Mesa, y que se centran en la ubicación de sus seis escaños, los despachos, el personal y las comisiones parlamentarias. El PNV no ha exigido nada sobre la Mesa del Congreso ni ha recibido ninguna oferta en firme. Sí ve mayor sentido a mantener su presencia en la Mesa del Senado, por su propia naturaleza como cámara de representación autonómica.

La vicepresidenta del Gobierno español en funciones, Carmen Calvo, que ha sonado como presidenta del Congreso, enfrió también la posibilidad de que entren en la Mesa grupos que no sean las cuatro grandes formaciones estatales. Según dijo, el objetivo de su partido es formar “una Mesa representativa de los grandes partidos, que son los que en este momento tienen más escaños y que representan de manera plural al conjunto de la ciudadanía” , “no tienen que estar todos los partidos” y “es en la Junta de Portavoces donde están todos de manera constitucional y legal”. Ayer ya se dio por cerrada una Mesa presidida por el PSOE, con otros dos escaños para cada uno de los grandes partidos españoles (dos para el PSOE, dos para el PP, dos para C’s y dos para Unidas Podemos, de manera que la izquierda tendría mayoría de cinco escaños gracias a la presidencia socialista). PSOE y Unidas Podemos lo tienen casi cerrado y se aseguran así el control del órgano para que PP y C’s no vuelvan a utilizar su mayoría para retrasar la tramitación de reformas.

Silencio sobre ERC

Aitor Esteban tendrá ocasión de ofrecer sus primeras valoraciones sobre el arranque del ejercicio cuando acuda hoy con sus compañeros a Madrid a recoger las actas del PNV en el Congreso. EH Bildu también las recogerá hoy.

Lastra evitó dar la sensación de que se está negociando con ERC al mismo nivel que con otros grupos, para que la derecha española no lo utilice con el objetivo de desgastar a los socialistas en esta campaña. La suma parlamentaria entre el PSOE, Unidas Podemos y ERC daría a Sánchez una holgada mayoría absoluta, pero de momento la evita, a la espera de lo que pueda suceder con el juicio del procés, la estrategia política de los soberanistas catalanes, y el cruce de apoyos en alcaldías como la de Barcelona. La intención de Sánchez por ahora es gobernar en minoría, a pesar de que se haya interpretado como un guiño la propuesta del socialista Miquel Iceta como presidente del Senado. Sin ERC y sin C’s, la combinación más plausible la marcan los 175 escaños (a uno de la mayoría absoluta) que reúnen el PSOE, Unidas Podemos, Compromís, PNV, el Partido Regionalista de Cantabria y, eventualmente, Coalición Canaria, con la abstención facilitadora de los nacionalistas catalanes. Por el momento, el diálogo con los jeltzales ya ha comenzado, aunque sea para cuestiones de intendencia parlamentaria.

Dar un puesto al PNV en la Mesa del Congreso parece una opción lejana. Los jeltzales no pelean por ello ni quieren entrar a costa de quitarle respaldo a otro partido con muchos más escaños, de manera que todo queda al albur de un deseo expreso del PSOE y de que los socialistas o Podemos le regalen uno de sus puestos en la Mesa. Si fuera el PSOE, se quedaría con dos, los mismos que Podemos, algo poco factible. Si fuera Podemos, se quedaría solo con uno, empatado con el PNV cuando tiene mayor representación. Lastra sí confirmó ayer que el PSOE quiere dejar fuera de la Mesa de manera expresa a Vox.