bilbao - La retirada de la pregunta parlamentaria que tenía previsto formular Alfonso Alonso en el pleno del viernes ha sido solo un espejismo. El PP mantiene su apuesta por retratar al Gobierno vasco como un gabinete débil y sin iniciativa, aunque para ello tenga que hacer pinza con su archienemiga, la izquierda abertzale, y con Elkarrekin Podemos, como sucedió con la admisión a trámite de su iniciativa para obligar al lehendakari a recuperar las primas por jubilación anticipada de los funcionarios. En un acto electoral en Bilbao, dejó patente que no se retracta de su pinza con la izquierda, y sacó pecho de la iniciativa de las primas porque con solo nueve escaños el PP pudo hacer prosperar su tramitación. Lo que vino a decir Alonso es que no bloquea nada, sino que el PP es quien propone ante la inacción de Urkullu, pero pasó por alto la prórroga de los Presupuestos por su negativa a negociar, y la dimisión del consejero Darpón.

“El que se hace una pinza a sí mismo y se bloquea es Urkullu. Que se preocupe de por qué no saca adelante las leyes. Carece de iniciativa, Urkullu está parado, mendiga apoyos a Bildu y Podemos y solo espera a ver qué pasa en Madrid”, lanzó Alonso. Lo llamativo es que, al mismo tiempo que defendía su iniciativa sacada adelante con los votos de la izquierda, acusó al lehendakari de mendigar los apoyos de esos mismos grupos como algo negativo, y le tendió la mano solo si el objetivo es aislar a Bildu.

No se espera un giro constructivo, al menos hasta conocer los resultados de las elecciones municipales, forales y europeas del próximo día 26. La de ayer fue la primera ocasión en que Alonso se pronunció tras una semana muy intensa marcada por la debacle del PP de la CAV en las generales, donde perdió su representación en el Congreso de los Diputados; la intención de su líder estatal, Pablo Casado, de regresar al centro en su discurso; y una nueva pinza del PP, EH Bildu y Elkarrekin Podemos en el Parlamento Vasco que contradecía todo lo anterior y no apuntaba en dirección a un giro hacia la moderación. El lehendakari terminó la semana denunciando el viernes en el Parlamento esa pinza, y pidiendo a Bildu y Podemos que abandonen esa estrategia y sean tan conciliadores en Euskadi como en Madrid, pero no pudo dirigirse al PP porque retiró su pregunta. En cualquier caso, solo queda una semana de actividad parlamentaria hasta que quede suspendida otra vez por la campaña electoral. Mientras tanto, el PP se arriesga en puertas de las elecciones a dejar huérfano a un sector moderado que puede volver a refugiarse en el PNV, sobre todo en Araba.

Alonso, en modo electoral, no tuvo ninguna concesión con Urkullu. “Hemos llegado al punto de que el PNV no presenta iniciativas en el País Vasco para no mojarse, pero espera porque sabe que la única manera que tiene de pintar en Madrid es que pinte Podemos. Para pintar algo tiene que ser la comparsa de Podemos en Madrid”, sostuvo. Según dijo, el PNV está cruzando los dedos para que haya un Gobierno español del PSOE y Unidas Podemos porque es “su única oportunidad de pintar algo”.

En respuesta a las críticas de Urkullu sobre la pinza, se defendió con el argumento de que el lehendakari no propone nada, y consideró un mérito haber sacado adelante el asunto de las primas con solo nueve escaños. El próximo jueves, salvo cambio de última hora, los tres partidos de la oposición votarán la admisión a trámite de su propuesta alternativa para regular la construcción de centros comerciales. Paradójicamente, Alonso dijo que el PP está dispuesto a dar su apoyo a Urkullu si apuesta por la “moderación” con el objetivo de que EH Bildu “no pinte nada”, y para no ser “coristas de Podemos”.

estatus En el acto de presentación del equipo de la candidata a diputada general, Amaya Fernández, Alonso volvió a agitar las bases del nuevo estatus de autogobierno pactadas entre el PNV y EH Bildu, su argumento clave para justificar su desmarque de los jeltzales desde el desalojo de Mariano Rajoy de La Moncloa y el ascenso de Casado al liderazgo del PP. A juicio de Alonso, la finalidad de esas bases es “liquidar el Estatuto de Gernika”, y plantear también la liquidación foral y la absorción de los derechos históricos por parte del Gobierno vasco. Añadió que, si se abre ese melón, pedirá “un estatus foral”. Presentó al PP como el único partido de “centro derecha liberal, humanista, no nacionalista y foral”.

El discurso de Casado en contra de las transferencias pendientes ha colocado en una situación incómoda a los populares vascos, que se arriesgan a una fuga de votos al PNV en sus sectores más moderados. Además, la pinza con EH Bildu choca con el discurso de Casado, que acusa a Sánchez de tener las manos manchadas de sangre por haber recibido sus votos en los decretos sociales.