Bilbao - El comisario-jefe de la Brigada de información de la Jefatura Superior de Policía de Catalunya, Manuel Quintela, relató ayer en el juicio del procés los incidentes que se produjeron durante el referéndum independentista del 1 de octubre de 2017 entre agentes y manifestantes en los centros de votación. Alegó que los policías tuvieron que utilizar la fuerza en algunas ocasiones por la actitud “hostil” de las personas que se concentraban en los colegios pero defendió que “la actuación general” se llevó a cabo con “medida y mesura, como no puede ser de otra manera”.

La jornada de ayer del juicio contra los líderes del proceso independentista estuvo marcada por la declaración de miembros de las Fuerzas de Seguridad como testigos, que describieron el “clima casi prerrevolucionario” de esos días en Catalunya y pusieron en solfa la actuación de los Mossos. En el caso de Quintela, aseguró que “hubo casos con nosotros y la Guardia Civil de obstaculización, pero en la mayoría de casos fue de pasividad. Tenían instrucciones de apartarse, de no colaborar. Siento hacer estas declaraciones, pero he prometido decir la verdad”, señaló. Siempre en respuesta a preguntas del fiscal Javier Zaragoza, prosiguió que “en los Mossos hay muchos compañeros que hubiesen querido colaborar, hay muchos profesionales y tengo buena relación con algunos de ellos, pero la verdad es esa”, zanjó.

Como ejemplo citó dos incidentes: uno de ellos en la escuela Pía de Barcelona, donde un mosso responsable del operativo en ese centro “trató de impedir la entrada” de los agentes de la Policía Nacional poniendo los brazos en cruz y gritándoles “dejadlos votar”. En Sant Feliu de Llobregat, un intendente ordenó a sus subordinados que dejaran de apartar manifestantes y se dirigió a éstos mientras les hacía el saludo reglamentario del cuerpo.

Posteriormente, y a preguntas de la acusación popular de Vox, el comisario, que está imputado en un juzgado de Barcelona por la actuación policial en la sede de la CUP el 20 de septiembre de 2017, resumió que los Mossos ejercieron una “obstrucción directa” a la hora de cumplir el mandato judicial de impedir el referéndum en tres centros, lo que llevó a un “enfrentamiento” con los policías nacionales. Insistió, eso sí, en que no fue una “actitud generalizada”, ya que la pasividad fue el comportamiento más usual en los Mossos d’Esquadra.

Respecto a los seguimientos a los que habrían sido sometidos, el comisario de la Policía Nacional afirmó “rotundamente” que el 1-O los Mossos informaron “pormenorizadamente” de los movimientos de los otros cuerpos policiales por orden de sus superiores, hasta el punto de que en Barcelona hubo 271 comunicados sobre su ubicación. Una actuación que, a juicio de Quintela, “no puede ser aislada” dado que las labores de seguimiento y vigilancia se repitieron en toda Catalunya desde antes del referéndum hasta las jornadas posteriores.

Explicó que ya a las 8.15 horas del 1-O se lanzó un comunicado por parte del Centro de Coordinación Operativo (Cecor) de los Mossos en el que se daba la “instrucción” de comunicar cualquier movimiento de la Policía Nacional y la Guardia Civil. A partir de entonces “constan una serie continua de comunicados en todo el territorio de Catalunya informando de movimientos” de las unidades, y antes, en la noche del 30 de septiembre al 1 de octubre, hubo otros en el mismo sentido. “No es una apreciación, está en sus comunicaciones”, alegó.

El estudio de dichas comunicaciones, que a veces denotaban un lenguaje secreto como “clave 21”, que indicaba que no se utilizaran canales abiertos, o “escudos” y “banderines” en referencia a los otros cuerpos, dejó un balance de 271 labores de vigilancia en Barcelona, 214 consultas a los vehículos camuflados de la Policía Nacional y el 52% de coches “chequeados”. “Eso no es normal”, consideró.

Sustituir a los Mossos A preguntas de las defensas, el comisario señaló que la decisión de intervenir no le competía porque la Policía únicamente tenía función de “apoyo” a los Mossos a expensas de su requerimiento. Pese a ello, dentro de un “clima de desconfianza que iba in crescendo” y con los colegios ya abiertos el 1-O, se optó por actuar “en sustitución de los Mossos”. El testigo cerró a su vez filas con la forma de proceder de los antidisturbios, que “han sido escuela de la Policía autonómica”, y cuando “el objetivo prioritario” era impedir el referéndum. Eso sí, priorizando la seguridad sobre la eficacia y preservando la pacífica convivencia con “un criterio de uso racional de la fuerza que fue seguido escrupulosamente”. - DEIA