El primer ministro británico, Boris Johnson, afronta este 5 de mayo su primer test electoral desde el escándalo de las fiestas celebradas en su residencia de Downing Street durante la pandemia, cuando millones de ciudadanos acudan a las urnas para votar en los comicios locales que tienen lugar en Gran Bretaña. Inglaterra, Gales y Escocia- celebran este jueves unos comicios locales que permitirán conocer el nivel de apoyo que disfrutan los partidos, mientras que en Irlanda del Norte habrá comicios a la Asamblea autonómica de la provincia.

En esta cita, que en la práctica es una disputa bipartidista -entre conservadores y laboristas-, están en juego 4.360 puestos de concejal en 146 consistorios ingleses, de un total de 333, mientras que se renuevan todos los 32 de Escocia y los 22 de Gales. En Londres habrá comicios en los 32 consistorios que componen la capital británica, pero no habrá elecciones para elegir alcalde de la ciudad, que está en manos del laborista Sadiq Khan. Los ayuntamientos tienen, entre otras cosas, la responsabilidad de recolectar la basura, administrar las bibliotecas, financiar el cuidado de ancianos y personas discapacitadas, y facilitar autorizaciones para la ampliación de viviendas.

Desde que obtuviese la mayoría absoluta en las generales británicas de 2019, Johnson no se había sometido al dictamen de los votantes, pero esta vez las encuestas indican que los conservadores del primer ministro pueden retroceder, si bien la mayoría de las posiciones en liza están ya en manos de los laboristas. Esta cita electoral es también la primera desde que estallase el conflicto en Ucrania a finales de febrero y el coste de la vida se disparase por el fuerte incremento de los precios energéticos, con una inflación interanual que ya ha trepado al 7 %.

El Gobierno llega a estos comicios afectado, además, por escándalos como el del diputado conservador Neil Parish, acusado de mirar porno en su móvil en las sesiones parlamentarias, y unas acusaciones anónimas falsas de políticos tories contra la número dos del Laborismo, Angela Rayner, de la que dijeron cruza y descruza las piernas en el Parlamento para distraer a Johnson. A pesar de que la mayoría de las posiciones en disputa están ya en manos de los laboristas, se espera que los conservadores pierdan terreno, de acuerdo con los sondeos sobre intención de voto. Según éstos, el 58% de los consultados desaprueba la gestión del Gobierno conservador, mientras que apenas el 23 % lo respalda.

Escocia

Los analistas de Gran Bretaña miran con atención lo que pueda pasar en las áreas del noroeste de Inglaterra donde los conservadores consiguieron avances en las generales de 2019 y en las locales de 2018, pero que hasta entonces eran tradicionalmente laboristas. Los últimos comicios locales que se celebraron en Escocia, donde el Partido Nacional Escocés (SNP) pisa con fuerza, y en Gales, con gran presencia laborista, fue hace cinco años. Johnson pidió hoy, en un comunicado, votar por los “tories” porque, a su juicio, cumplen con “con las prioridades locales” y criticó a los laboristas por “malgastar los impuestos municipales”.

la oposición

“Incapaz de gobernar”

Críticas de los laboristas. El líder laborista, Keir Starmer, dijo ayer en un artículo publicado en el dominical The Observer que el premier británico Boris Johnson es “incapaz de gobernar” a causa de una serie de escándalos y por no poder atajar el fuerte incremento del coste de vida.

Modos de voto. En Gran Bretaña se vota bajo diferentes modalidades. En la mayoría del país se vota por el sistema de mayoría simple, con excepción de Escocia, que lo hace por la llamada transferencia de voto (eligen candidatos por orden de preferencia). Por su parte, los norirlandeses eligen por representación proporcional los 90 escaños de su Asamblea autonómica.