Al menos diez personas han muerto y otras 71 han resultado heridas este viernes en un atentado suicida en una mezquita en Kabul, donde se encontraban cientos de fieles reunidos para la oración, por lo que el número de víctimas podría ser mayor. El atentado ha tenido lugar en la mezquita sufí de Khalifa Sahib en el oeste de Kabul hacia las 16.20 horas (11.50 GMT), cuando un atacante suicida se ha inmolado dentro del recinto religioso, segúna Efe el jefe de Policía de la zona, Hafiz Omar.

"Desde que se produjo la explosión ingresaron seis muertos y 50 heridos, y algunos de los heridos fueron trasladados a otros hospitales", ha explicado a Efe una fuente hospitalaria, que ha pedido mantener el anonimato. La ONG italiana Emergency, que cuenta con uno de los principales hospitales de Kabul, ha informado también en Twitter que han recibido al menos dos fallecidos y que 21 heridos han sido ingresados en su centro.

Imágenes difundidas en las redes sociales, atribuidas al momento posterior de la explosión, muestran a decenas de personas heridas, bañadas en sangre y con ropas rasgadas, que salen de un edificio en busca de asistencia. Ningún grupo ha reivindicado la autoría del atentado.

"La explosión de hoy, que se produce el último viernes de la semana sagrada del Ramadán, es otro doloroso golpe para el pueblo de Afganistán, que sigue expuesto a una inseguridad y una violencia incesantes", ha lamentado a través de un comunicado el representante especial adjunto del Secretario General de la ONU para el país, Ramiz Alakbarov.

"Es inconcebible que los civiles sean atacados indiscriminadamente mientras realizan sus actividades diarias, se reúnen para rezar, van a la escuela o al mercado, o de camino al trabajo", ha condenado. Al menos dos trabajadores de la ONU y sus familias que se encontraban en el interior de la mezquita en el momento del ataque han resultado"directamente afectados", ha anotado la misión de la ONU en Afganistán (UNAMA) en otro comunicado, sin aportar más detalles.

El principal portavoz del Gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, ha condenado en Twitter el atentado y asegurado que ese tipo "de ataques brutales" son obra de gente que "no pertenece a nuestra nación ni al islam", y prometido que atraparán "pronto" a los culpables. El suceso se enmarca en una sangrienta ola de ataques que ha tenido lugar durante las últimas semanas en Afganistán, y que han dejado decenas de muertos y heridos en ataques a mezquitas, medios de transporte y centros educativos.

Solo en los últimos diez días, cerca de una decena de atentados en distintas partes del país han dejado más de 40 víctimas mortales, y decenas de heridos. El jueves otros dos atentados simultáneos tuvieron lugar en el país con explosiones en dos autobuses que se dirigían a zonas rurales de Mazar-e-Sharif, capital de la provincia norteña de Balkh, que dejaron al menos diez muertos y 13 heridos.

El doble atentado, reivindicado este viernes por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), se ha producido en el marco de la campaña que denominan "venganza de los dos jeques" lanzada hace dos semanas por el nuevo portavoz del EI, Abu Omar al Muhager.

Hace exactamente una semana un atentado con explosivos a una mezquita en la provincia de Kunduz, en el norte de Afganistán, dejó al menos 33 personas muertas y decenas heridas. A estos atentados se suman además los que se produjeron la semana pasada en dos centros educativos en el barrio de la minoría chií hazara de Dashte Barchi, en el oeste de Kabul, causando al menos seis muertos y 25 heridos.