Millares de personas han salido a las calles en Brasil este sábado para exigir la destitución del presidente, Jair Bolsonaro, por su gestión frente a la pandemia del coronavirus, la cuarta protesta en menos de dos meses, en la que se levanta masivamente el país contra el líder negacionista.

En más de 400 ciudades del país los manifestantes también pidieron acelerar el proceso de vacunación y aumentar el monto de los auxilios para que los más pobres puedan enfrentar la crisis que llegó con el virus, que deja ya más de 14,8 millones de desempleados.

Convocadas por las centrales sindicales, partidos de izquierda y movimientos sociales, las protestas se han desarrollado de forma pacífica, durante todo el día.

Las manifestaciones más multitudinarias han sido las de Sao Paulo, la ciudad más poblada del país y la más golpeada por la pandemia, Río de Janeiro, Recife, Belo Horizonte y también en Brasilia, donde las protestas se han concentrado ante la sede del Congreso, para reforzar la presión por un juicio político contra Bolsonaro.

En la capital brasileña líderes políticos y manifestantes han coincidido en que la presión del pueblo brasileño contra Bolsonaro está aumentando.

"La indignación de las personas y las protestas de las calles van a llegar al Congreso. Los partidos y los sindicatos están presionando para que se abra el proceso de destitución", indica el presidente del Partido de los Trabajadores (PT), la principal formación de la oposición y a la que pertenece el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

En el mismo sentido se ha manifestado Víctor Ferreira, un empresario de 25 años que ha protestado contra el mandatario disfrazado de Indiana Jones y quien dijo que a Bolsonaro lo van a destituir sus propios seguidores.

"Así como el Capitán América, él (el personaje) combate el fascismo, y eso refleja todo lo que pienso. Es el bien contra el mal (...). Indiana Jones combate el fascismo, combate el mal y creo que es una buena analogía", señala.

La gestión del Gobierno de Bolsonaro está siendo duramente cuestionada por sospechas de corrupción en la compra de vacunas, que ha sido destapada por las investigaciones que adelanta una comisión del Senado y que han puesto hasta al mismo mandatario bajo el ojo de la Fiscalía.

El negacionismo del líder ultraderechista para enfrentar la pandemia y las supuestas corruptelas a costas de la covid han multiplicado en Brasil las peticiones de su destitución, impulsadas por la oposición.

Inmensas pancartas con las frases "¡Fuera Bolsonaro!" "¡Vacuna para todos ya!" y "¡Bolsonaro genocida!" han sido el común denominador de las protestas, donde a pesar del esfuerzo de los organizadores se han registrado aglutinaciones, aunque la gran mayoría de los participantes llevaba mascarilla.

Brasil es uno de los países más azotados por la pandemia del coronavirus, con más de 548.000 muertos y 19,6 millones de contagios. El número de fallecidos y de positivos ha caído sustancialmente en el último mes, gracias a la campaña de vacunación que se adelanta en el gigante suramericano.

Desde que el proceso de inmunización comenzó en Brasil, seis meses atrás, un 45 % la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna. No obstante, apenas un 17 % de sus más de 212 millones de habitantes, cuenta con el ciclo completo de vacunación.