La OTAN y Ucrania celebran en el Mar Negro las mayores maniobras navales en casi un cuarto de siglo, Sea Breeze, en medio de la creciente tensión con Rusia en torno a las costas de la anexionada península de Crimea. El jefe de la Armada ucraniana, Alexéi Neizhpapa, dio ayer inicio a los ejercicios en el puerto ucraniano de Odesa, adonde se han desplazado representantes de los más de treinta países participantes, incluido altos mandos de la Sexta Flota de Estados Unidos.

Sea Breeze comienza menos de una semana después del incidente ocurrido cerca de Crimea con el destructor británico HMS Defender, al que Moscú acusó de penetrar en sus aguas territoriales, lo que causó un conflicto diplomático con Londres. Bien es cierto que el Reino Unido negó que la Armada rusa hubiera lanzado disparos de advertencia contra la nave británica tal como aseguró el Kremlin.

Las maniobras reunirán este año el mayor número de efectivos de su historia con más de 30 países participantes, entre ellos Ucrania, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Holanda y Turquía, que aportan 5.000 efectivos, 32 barcos y 40 aviones. La Armada ucraniana y la Sexta Flota serán los anfitriones de los ejercicios, que se celebran desde 1997, pero que han ganado importancia desde la anexión de Crimea en 2014.

El destructor estadounidense USS Ross, que está equipado con 56 misiles de crucero Tomhawk, entró el sábado en el mar Negro para participar en las maniobras, lo que, según dijo la embajada de EE.UU. en Kiev, demuestra el compromiso de la Casa Blanca con la seguridad de Ucrania.

Moscú pidió su cancelación

Sea Breeze 2021, que la Embajada rusa en EE.UU. pidió cancelar para evitar nuevos incidentes, consistirá hasta finales de julio en ejercicios de guerra anfibia, maniobras terrestres, operaciones de buceo, operaciones de bloqueo marítimo, defensa aérea, integración de operaciones especiales, guerra antisubmarina y búsqueda y rescate. Al tiempo que defiende la soberanía ucraniana, la Alianza Atlántica asegura que los ejercicios son de naturaleza defensiva y se proponen reforzar la coordinación en el marco del “compromiso marítimo con la seguridad colectiva”.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha pedido a la OTAN que ponga fecha al ingreso de su país, lo que considera garantía para su seguridad ante la amenaza del vecino del norte.

Recientemente, el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, expresó sus sospechas de que Washington está impulsando la entrada de Ucrania en la Alianza y llamó “inteligente” al 50 % de ucranianos que se opone porque “no quieren ser moneda de cambio ni carne de cañón”. El Ministerio de Defensa ruso puso en duda de que dichas maniobras sean navales, ya que gran parte de la acción transcurrirá en tierra firme y tienen como objetivo supuestos grupos armados ilegales apoyados por un país vecino, en clara alusión a las milicias separatistas apoyadas por Moscú.

Además, denunció que el armamento utilizado irá a parar al Ejército ucraniano y las unidades ultranacionalistas que combaten en las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk.

La delegación rusa en las conversaciones sobre control de armas en Viena llamó ayer a EE.UU. a ser transparente a la hora de retirar “el armamento moderno y las municiones (...) con el fin de que no caiga en manos de los militares y las formaciones nacionalistas en el Donbás”.

“Destacamos la magnitud y agresividad de los ejercicios Sea Breeze 2021, lo que no contribuye a la seguridad en el Mar Negro. Instamos a EE.UU. y sus aliados a renunciar a la preparación de acciones militares”, agregó.

litigio sobre crimea

Mientras Moscú considera que la franja de mar que rodea a Crimea forma parte de sus aguas territoriales, Occidente estima que continúa perteneciendo a Ucrania. Lo mismo ocurre con el mar de Azov, que Rusia ha convertido prácticamente en un mar interior con la construcción de un puente que une la península de Crimea con el continente ruso.

Rusia siempre alude a que, en virtud de la Convención de Montreaux de 1936, que regula el paso por los estrechos de Bósforo y Dardanelos de buques militares que no pertenezcan a países bañados por el mar Negro, su estancia no debe superar los 21 días.

En abril pasado, en medio de la tensión con Ucrania por la presencia militar rusa en la frontera, Moscú ya exigió a EE.UU. “que se mantenga lejos” de Crimea y del mar Negro.

Condena internacional

La pasada semana guardacostas rusos efectuaron disparos de advertencia al destructor británico Defender cuando entró el 23 de junio en aguas territoriales rusas cerca de Crimea, tras lo que Moscú citó a la embajadora británica. “Sería bueno que las organizaciones internacionales, la ONU, la OSCE (...) condenaran las acciones de las autoridades británicas y exigieran responsabilidades a los que están detrás de esa aventura”, aseguró entonces Viacheslav Volodin, presidente de la Duma rusa.

El máximo responsable del Parlamento ruso alertó, además, que las “provocaciones” contra una potencia nuclear como es Rusia pueden tener consecuencias trágicas y ponen en peligro la paz y seguridad a nivel global.

“La agresividad y el tamaño de las maniobras no ayudan a la seguridad en el Mar Negro”

Comunicado oficial