A medida que las elecciones presidenciales del 3 de noviembre se acercan, el tono entre ambos candidatos a presidente de Estados Unidos se endurece y​ ha sumido la campaña en una espiral de reproches que han dejado poco espacio a la política en el discurso público.

Ambos candidatos han dado algunos detalles de qué ocurrirá si ocupan los próximos cuatro años el Despacho Oval de la Casa Blanca, aunque el investigador senior de EsadeGeo, Enrique Rueda-Sabater, señala que la primera gran diferencia está en cómo encararán el día a día de la presidencia.

En referencia a la economía, el actual presidente, Donald Trump, ha desplegado un amplio abanico de promesas entre las que se encuentran la creación de 10 millones de empleos en diez meses y de un millón de nuevas pequeñas empresas. Para ello, ha prometido bajadas de impuestos y deducciones fiscales a las empresas que fabriquen en Estados Unidos.

El gran ausente del discurso de Trump es el cambio climático, que por el contrario, está en el centro del programa económico de Biden.

El demócrata ha prometido una transición ecológica para el país en la que se bonificarán la adquisición de vehículos eléctricos y las energías renovables y se invertirá en tecnologías como la captura de carbono con el objetivo de generar 10 millones de empleos verdes. Además, el exvicepresidente ha incluido en su programa medidas sociales como una subida del salario mínimo a 15 dólares por hora (12,6 euros) a nivel federal y la mejora del seguro de desempleo.

Sanidad y pandemia

Para Rueda-Sabater, la sanidad será un campo en que, en caso de ganar, Biden podrá tomar decisiones rápidas, ya que cuenta con apoyos para recuperar partes derogadas de la reforma sanitaria de Obama.

Biden se ha mostrado muy crítico con la gestión de la pandemia de Trump y ha prometido que si gana la presidencia creará un centro de mando sanitario federal, contratará a 100.000 rastreadores y garantizará que la población pueda hacerse pruebas de detección gratuitas. En el caso de Trump contempla volver a la normalidad en 2021 y que se apruebe una vacuna en 2020 así como la creación de una reserva de medicamentos estratégicos.

Tras la caída de la economía y las críticas por la pandemia, la ley y el orden se convirtieron en la nueva bandera electoral de Trump, alentada por los disturbios ocurridos durante las protestas por la igualdad racial motivados por la muerte de George Floyd. El candidato republicano ha puesto el foco en Antifa, el movimiento de extrema izquierda sin estructura definida al que ha dicho varias veces que pondrá en la lista de organizaciones terroristas.

Por su parte, Biden aboga por una reforma del sistema de seguridad y judicial estadounidense. Entre la amplia batería de medidas, que, aunque está influida por el movimiento Black Lives Matter, no incluye conceptos como el de retirar fondos a la policía, se encuentran propuestas orientadas a reducir la población carcelaria como la despenalización del consumo de algunas drogas o el fin de las prisiones privadas a nivel federal.

Asimismo, los demócratas han prometido una inversión de mil millones de dólares anuales para reformar la justicia juvenil.

Política exterior

La política exterior es uno de los campos donde Rueda-Sabater ve notorias diferencias entre Trump y Biden. China se encuentra en el centro de las propuestas de Trump, ya que propone "hacerle rendir cuentas" por el coronavirus.

Rueda-Sabater opina que la política comercial con China puede ser similar en el caso de Biden, ya que por ejemplo los sindicatos son proteccionistas en muchos sectores, pero al menos cambiaría notablemente las formas.

Para este experto, Biden contará más con la UE a la hora de definir la política a seguir con China y EE.UU. buscaría de nuevo convertirse un actor político importante en campos como la lucha contra el cambio climático. El candidato demócrata ya ha prometido que si vence, EE.UU. volverá al Acuerdo de París.