Porque la noticia de que tanto el presidente Trump como su mujer han contraído el covid-19 no podía llegar en un momento más inoportuno para el mandatario y su Partido Republicano, enfrascados en un difícil proceso electoral que las encuestas, tanto de medios amigos como enemigos, prevén que dará la victoria a su rival demócrata, Joe Biden.

En estos momentos, es difícil saber si la reacción popular será de apoyo y solidaridad, al menos entre sus seguidores, o si le restará apoyo y generará pérdida de confianza. En el ambiente enrarecido de la política norteamericana actual, cuesta imaginar que sus rivales le den una pausa compasiva.

Joe Biden ha intentado marcar un tono de respeto y, al enterarse de la enfermedad de Trump, ordenó a su campaña que retirara todos los anuncios con ataques contra la personalidad de su rival.

Otros miembros del Partido Demócrata han reaccionado de la forma que muchos esperaban, con la expresión traducible a cualquier idioma de "I told you so" ("ya te lo había advertido"). Ven todo tipo de riesgos de infección en los actos electorales que presidió, por mucho que antes y después de los mismos las pruebas del covid-19 fueran negativas.

La reacción más fiable en Estados Unidos acostumbra a ser la del dinero, en particular las Bolsas, siempre temerosas: nada más abrir la sesión de este viernes cayeron en picado, lo que parecía responder más a sus tendencias que a su apoyo por Trump: los inversores parecen temer más la incertidumbre que los males conocidos.

A medida que avanzó el día, los índices se fueron estabilizando pero los valores más especulativos y agresivos cerraron con pérdidas importantes cercanas al 2% y era muy probable que la tendencia a la baja aumente a partir de este lunes, porque los médicos decidieron trasladar a Trump el sábado al hospital militar Walter Reed, uno de los centros médicos de más prestigio y calidad del país, donde otros presidentes han sido atendidos cuando tuvieron enfermedades graves: Truman, Eisenhower, Nixon y Reagan fueron tratados allí, además de mandatarios extranjeros como Churchill.

En las horas siguientes a su ingreso en el hospital, fueron aumentando las especulaciones e hipótesis en cuanto al futuro desarrollo de la campaña y nadie sabía si Trump podrá reanudar los actos electorales.

Entretanto, los norteamericanos siguen adaptando su vida a los riesgos del covid-19 y lo cierto es que no representa un sacrificio para la mayoría de ellos: en este país, la gente prefiere el campo y los espacios abiertos a la vida urbana y la situación les ofrece una excusa magnífica para abandonar las ciudades, no ya para unas cortas vacaciones, sino para instalarse definitivamente. A fin de cuentas, es la realización del "sueño americano", cuya principal característica ha sido hasta ahora una casa muy grande en un terreno todavía mayor y esto tan solo pueden financiarlo hoy en día en las zonas rurales.