- La OTAN llamó ayer a que los aliados mantengan la progresión del gasto en Defensa pese al impacto económico que está causando la pandemia de coronavirus, ya que persisten los mismos retos para la seguridad y, además, el apoyo militar es “útil” para lidiar con este tipo de crisis.

“Cuando los aliados decidieron invertir más en Defensa fue porque vivíamos en un mundo más impredecible. Eso no ha cambiado. Así que espero que los aliados sigan comprometidos con invertir más en nuestra seguridad” pese a las “graves consecuencias económicas” que traerá la crisis del coronavirus, indicó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

En una rueda de prensa celebrada de forma telemática para contribuir a la contención del covid-19, el político noruego reconoció que esta pandemia tendrá en todo caso un impacto “a corto plazo” en los presupuestos de los países, aunque consideró que “es muy pronto para hablar de consecuencias a largo plazo”.

Recalcó que invertir en la Defensa es “invertir en capacidades que se han mostrado útiles para lidiar con crisis como esta”, ya que los militares están dando apoyo en muchos países aliados en logística, organizar hospitales y capacidades médicas militares o el control de fronteras. Stoltenberg presentó el informe de la Alianza de 2019, que incluye las estimaciones de gasto en Defensa para ese año.

España continuó como el miembro de la OTAN que menos porcentaje de su Producto Interior Bruto (PIB) gastó en Defensa, un 0,92%, sólo por delante de Luxemburgo (0,56%).

La OTAN calcula que los aliados europeos y Canadá invirtieron el 1,57% de su PIB en gasto militar en 2019, lo que pone en evidencia que aún están lejos del objetivo propuesto del 2% para 2024.

Según los cálculos de la Alianza, sólo nueve países de los 29 que cumplieron ya en 2019 con el objetivo del 2%: Estados Unidos, el Reino Unido, Rumanía, Polonia, Lituania, Letonia, Grecia, Estonia y Bulgaria.

La OTAN confirmó que pondrá en marcha un plan de aquí al verano para reducir su presencia en Afganistán y pasar de los 16.000 militares actualmente en el terreno hasta los 12.000, según explicó Stoltenberg.

“Se volverá al número de personal que teníamos en 2016, cuando se decidió reforzar la misión”, argumentó, al tiempo que precisó que la reducción de tropas se realizará en los próximos 135 días, es decir hasta principios de agosto.

Stoltenberg dejó claro que la Alianza Atlántica no se marcha de Afganistán y que su compromiso con el país no se verá mermado, asegurando que mantendrá también su estructura, su financiación y su presencia no se reducirá solo a Kabul.

“La decisión se basa en la condiciones en el terreno y llamamos a los talibán a cumplir su parte del acuerdo y comprometerse en la mesa de negociación”, indicó.