Teherán/Riad - El líder supremo de Irán, Ali Jameneí, descartó este martes negociaciones “a ningún nivel” con Estados Unidos, pese la escalada de la tensión entre ambos países a raíz de los recientes ataques contra refinerías saudíes. “Negociar significa la imposición de las demandas de EE.UU. a la República Islámica y es una manifestación de la victoria de la campaña de máxima presión de EE.UU.” contra Irán, aseveró el líder en un discurso.

Jameneí criticó que la Administración estadounidense de Donald Trump ha incurrido en contradicciones al proponer en ocasiones un diálogo con Irán sin condiciones previas y al plantear también doce requisitos draconianos para entablar dichas conversaciones. “Esto es una muestra del desorden político en la Casa Blanca o es un truco para confundir a la otra parte”, agregó.

A juicio del líder iraní, la política de “máxima presión” de EE.UU. consiste en “una serie de sanciones y amenazas”, como las lanzadas estos días con motivo de los ataques a Arabia Saudí, y tiene el objetivo de llevar a Irán a la mesa de negociaciones. Sin embargo, según Jameneí esa estrategia “es inútil” y “no ha logrado que Irán se arrodille” ante EE.UU.

“Si EE.UU. se retracta de sus palabras, se arrepiente y vuelve al acuerdo nuclear que ha violado, entonces puede participar en sesiones con los otros signatarios del acuerdo y mantener conversaciones con Irán”, apuntó. De lo contrario, el líder apostilló que “no se mantendrán conversaciones a ningún nivel entre las autoridades iraníes y estadounidenses, ni en Nueva York ni en ninguna otra parte”. Desde la Casa Blanca habían sugerido que podría darse un encuentro entre Trump y el presidente iraní, Hasan Rohaní, a finales de mes en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, un supuesto rechazado también por el Ministerio de Exteriores de Irán.

Trump envía a Pompeo El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, viajó ayer a Arabia Saudí para coordinar la respuesta de su país a los ataques contra las refinerías saudíes, que algunas fuentes vinculan a Irán, pese a que todavía se desconocen los resultados de la investigación saudí-estadounidense. “El secretario de Estado viaja a Arabia Saudí para hablar sobre nuestra respuesta” a los ataques, informó el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, durante un discurso en Washington.

Durante su intervención, Pence destacó que los servicios de inteligencia estadounidenses siguen “trabajando diligentemente para revisar las pruebas” sobre si Irán estuvo detrás del ataque, y que el presidente Donald Trump “determinará en los próximos días las medidas adecuadas” que debe tomar su país.

“Pero Estados Unidos tomará cualquier medida que sea necesaria para defender a nuestro país, nuestras tropas y a nuestros aliados en el Golfo (Pérsico). Pueden contar con ello”, subrayó Pence. “Estamos cargados y listos, y estamos preparados para defender nuestros intereses y a nuestros aliados en la región -añadió-. Que nadie se confunda”.

El vicepresidente volvía así a emplear la misma frase, “cargados y listos”, que Trump utilizó el domingo y que en inglés hace referencia a las armas de fuego, lo que ha desatado especulaciones sobre una posible respuesta militar de EE.UU.

Hasta ahora, Trump ha evitado señalar definitivamente a Irán y se ha limitado a indicar que “parece que sí” fue el país persa el que estuvo detrás del ataque. Además, este lunes aseguró que su país no quiere una guerra con Teherán, aunque está “preparado” si eso fuera necesario. La cadena de televisión CNN, que habló con una fuente “conocedora” de las pesquisas, señaló que los investigadores saudíes y de EE.UU. han establecido “con una muy alta probabilidad” que el ataque fue efectuado desde una base en Irán próxima a la frontera con Irak.

En el bombardeo se emplearon drones y misiles de crucero que volaron a baja altura, reveló la fuente, que agregó que su trayectoria muestra que llegaron desde el norte hasta la planta saudí de crudo de Abqaiq, que recibió el impacto de una decena de proyectiles a primera hora del sábado. Según la CNN, los misiles atravesaron el sur de Irak y pasaron por el espacio aéreo de Kuwait antes de alcanzar sus objetivos en suelo saudí.

Mientras, el petróleo se recuperaba ayer y retrocedía un 5% en su cotización. - Efe