Londres - La decisión de Boris Johnson de suspender la actividad del Parlamento para impedir que la oposición pueda frenar un Brexit duro produjo una lluvia de críticas desde todos los frentes, incluidas importantes figuras dentro su propio partido. Comenzaron el mismo miércoles, nada más conocerse la noticia, pero ayer se hicieron aún más intensas.

Además, también provocaron la dimisión del portavoz del gobierno en la Cámara de los Lores, Lord Young, argumentando que la medida puede “socavar el papel fundamental del Parlamento. No puedo continuar sirviendo. Estoy muy infeliz por el momento elegido y la prolongación de la suspensión y sus motivaciones”, dijo .”No soy parte de un golpe de los proeuropeos, no hablo por ninguno. Mi renuncia es puramente personal”, aclaró.

Además, los abogados de Gina Miller, la banquera millonaria que ya le ganó la partida a May y la forzó a someter a un voto parlamentario el Artículo 50 negociado con Bruselas, puso en marcha un desafío legal sobre los efectos de la suspensión parlamentaria. “No es un acto para cuestionar la suspensión del Parlamento sino sus efectos, que no son otros que limitar la voz de los parlamentarios para que no puedan expresarse sobre el No Acuerdo”, explicó Miller a la prensa.

Además, más de 1,5 millones de personas firmaron una petición on line que subraya que la Cámara de los Comunes no debería cerrar o disolverse hasta que se decrete una prórroga del Brexit o este se cancele. Así las cosas, la próxima semana podría ser la “única oportunidad” de que los parlamentarios puedan desafiar un Brexit sin acuerdo, dijo el ex ministro David Gauke. Argumentó que si bien el público no quería un Brexit sin acuerdo, ahora las opciones de quienes se oponen a tal tipo salida “se han reducido”.

El columnista británico Owen Jones llamó a salir a la calle para “defender la democracia” de lo que definió como “un golpe”. Cientos de personas respondieron a su llamada en redes sociales y se concentraron en los jardines de Westminster para protestar contra la maniobra del primer ministro. Los manifestantes llevaban pancartas con mensajes como “defiendan la democracia, resistan la suspensión del Parlamento” y otras recordaban que ”nadie votó por Boris”, ya que no fue elegido en las urnas.

Desde el gobierno defendieron que con la suspensión de cinco semanas, conocida como prórroga, aún dará tiempo a los parlamentarios para que debatan el Brexit. Una postura que también defendió el euroescéptico y ministro de Relaciones con el Parlamento, Jacob Rees-Mogg, calificando como “nube de algodón azucarado” a los que critican el movimiento de Johnson como “escándalo constitucional”. - R. Álvarez Tudela