Roma - La coalición en el Gobierno de Italia, del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga, ahondó ayer en su división al votar de forma distinta sobre el futuro de la polémica línea de tren Turín-Lyon, rechazada solo por el M5S.

El Senado votó seis mociones no vinculantes sobre esa línea de alta velocidad (TAV), una de ellas presentada por el M5S para emplazar al Parlamento a estudiar cómo romper el tratado firmado con Francia hace veinte años sobre esta infraestructura. Y el M5S se quedó solo votando en contra de completar la obra, aunque se desconoce qué implicaciones tendrá este hecho en el futuro de la ya de por sí desgastada coalición del Gobierno.

No es un tema baladí en Italia, dado que los partidos en el Ejecutivo mantienen posiciones irreconciliables: el M5S creció al calor de las protestas contra el proyecto, mientras que la Liga exige completar las obras. La moción del M5S fue finalmente rechazada por los 181 votos de su socio de Gobierno y la oposición en bloque, partidarios todos de realizar el tramo ferroviario.

La intención de la formación antisistema con su moción era exigir al Parlamento que, valiéndose de sus prerrogativas soberanas, estudiara cómo revocar el tratado con Francia, un país que sigue interesado en esta infraestructura compartida. Pero al presentar esta propuesta, el M5S llevó la contraria incluso al primer ministro, Giuseppe Conte, que recientemente trasladó a la Comisión Europea su determinación de seguir con la obra.

Responsabilidad

La Liga reprochó la acción de su aliado en el Gobierno. “Si formáis parte de este Gobierno y el presidente dice que se debe estar a favor del tren, no hay alternativas”, espetó el portavoz en el Senado del partido ultraderechista, Massimiliano Romeo. “En un tema tan importante, tener dos partidos de coalición que votan de forma diferente pone sobre la mesa una cuestión política clara y evidente: quien vota no al TAV asumirá la responsabilidad política de lo que venga en los próximos días o meses”, amenazó Romeo, en un discurso que parecía el preludio de una crisis.

El entusiasmo contagió especialmente a la oposición, que no ve el momento en que este Gobierno caiga, y el líder del Partido Demócrata (PD), Nicola Zingaretti, instó al primer ministro a acudir ante el jefe del Estado, Sergio Mattarella, para aclarar esta “crisis”. El líder del M5S, Luigi Di Maio, ministro de Desarrollo y vicepresidente del Gobierno, abandonó la Cámara Alta sin mediar palabra.

En Italia, la pregunta que sobrevuela es si esta votación podría suponer el caos o el final del Gobierno M5S-Liga a poco más de un año de su investidura. Y muchos creen que la moción del M5S es solo un “paripé” para, de alguna manera, justificar ante su electorado la continuidad de la obra, pues el resto de partidos están a favor y abortarla saldría demasiado caro. - Gonzalo Sánchez