La ya exprimera ministra Theresa May abandonó su puesto presentando su renuncia formal a la Reina Isabel II de Inglaterra en el Palacio de Buckingham y con un breve discurso en el que solo tuvo palabras para decir que espera un Brexit “que funcione para todo el Reino Unido”, en un discurso en clave que algunos vieron como un mensaje codificado para su sucesor.

Una intervención que estuvo marcada por el inesperado pronunciamiento de un manifestante que a las puertas de Downing Street gritó muy fuerte “¡Detengan el Brexit!”, lo que provocó que May se detuviera y su marido, Philip, dijera en voz baja: “Ese no fui yo”.

May aprovechó su última intervención como primera ministra ante los diputados de Westminster para sugerirle al líder de la oposición, Jeremy Corbyn, que debería seguir su ejemplo y dimitir también. Lejos de hacerlo, el laborista prefirió rendir tributo a lo que denominó su “sentido del servicio público”, pero la censuró por propiciar los incrementos en la pobreza, el crimen, el uso de bancos de alimentos y la falta de vivienda.

May comenzó con lo que parecía ser un homenaje al líder laborista, diciendo que si bien eran “personas muy diferentes y políticos muy diferentes” ambos tenían un compromiso fundamental con los electores, pero se defendió de las duras acusaciones, destacando que su Gobierno había mejorado las escuelas y había aumentado el empleo, así como sin mencionar el trabajo de Johnson bajo su cargo como titular de Asuntos Exteriores.

“Cambiar el país” Minutos más tarde, el flamante nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, aprovechó su primera intervención a las puertas de Downing Street para apostar por “cambiar el país para mejor” y repitiendo una vez más que Reino Unido saldrá de la Unión Europea el 31 de octubre “sin síes, ni peros”, en lo que parece la antesala de un Brexit duro.

Bajo un sol aterrador, Johnson ni corto ni perezoso se comprometió a firmar un nuevo acuerdo con Bruselas en tan solo 99 días; de lo contrario, sacará sin acuerdo al Reino Unido del bloque europeo tras tres años de “dudas infundadas”, ya que reconoció como prioritario recuperar el papel natural e histórico de un Reino Unido “emprendedor y verdaderamente global”.

A las puertas del número 10 de Downing Street, Johnson dijo que asumirá “la responsabilidad personal por el cambio que quiere ver” y tiró de un mensaje patriótico para lograr la unión: “Es hora de que liberemos el poder productivo de todos los rincones de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Los increíbles cuatro encarnados en esa bandera roja, blanca y azul”.

Afirmó que una salida de la UE sin acuerdo sigue siendo una posibilidad “remota” y agregó que los británicos están “cansados de esperar y es hora de actuar”. Bajo la atenta mirada de su novia, Carrie Symonds, Johnson tranquilizó a los ciudadanos de la UE en todo el país, agradeciéndoles “su contribución a nuestra sociedad”.

Johnson también hizo propuestas para mejorar las infraestructuras, reclutar a 20.000 nuevos agentes de policía, aumentar la partida de gastos de las escuelas y poner en marcha reformas para garantizar 20.000 millones de libras en fondos adicionales destinados al sistema sanitario público.

Renovación Boris Johnson tildó de escépticos y pesimistas a los políticos y ciudadanos que dicen que no se puede conseguir dejar el bloque común en la fecha prevista, tildándolos de estar equivocados, y comenzó una amplia renovación ministerial, en la que no hay hueco para los que apoyaron a Jeremy Hunt, su rival por hacerse con el liderazgo conservador.

A eso hay que sumar las renuncias de cuatro de los principales ministros, en unos cambios con los que Johnson no tiende puentes dentro de un partido dividido y que no fueron bien recibidos en el seno del partido conservador, pues figuras respetadas como el diputado Nigel Evans los describió como una “masacre del día de verano”, mientras el país se prepara para temperaturas récord de 40 grados.

La prensa británica los presentó como la forma de Johnson de reunir al equipo que creía que conseguiría los resultados que necesitaba, incluso si eso incluía entrar en polémicas desde el primer día en Downing Street. A la cabeza de ese grupo estará Sajid Javid como ministro de Economía y Hacienda; Dominic Raab como ministro de Asuntos Exteriores; y Priti Patel en la cartera de Interior.

Entre otros nombramientos estrella, el de Dominic Cummings como asesor principal. Con fama de ser extremadamente ingenioso, se hizo famoso a nivel mundial por su estrategia como director de campaña a favor de la salida de la UE en el referendo europeo, incluido su lema “retomar el control”, que tuvo una enorme resonancia. De ahí que su personaje fuese llevado a la televisión, interpretado por Benedict Cumberbatch.