Estrasburgo - El Parlamento Europeo elegido en las elecciones del pasado 26 de mayo inició ayer su novena legislatura y elegirá mañana a su presidente para los próximos dos años y medio, en plena incógnita por el bloqueo en la cumbre por el reparto de altos cargos. El Himno de la Alegría dio el pistoletazo de salida a la nueva Eurocámara, marcada en su primera jornada por la reivindicación en favor de Carles Puigdemont, Toni Comín y Oriol Junqueras y por los eurodiputados que apoyan el Brexit, que han dado la espalda a la interpretación del himno europeo, o lo que es lo mismo, toda Europa le dio la espalda a ellos.

El color amarillo fue protagonista en la primera jornada de la sesión primaria por dos motivos bien distintos. Es, por un lado, el color que han vestido los eurodiputados liberaldemócratas británicos para ilustrar su oposición al Brexit y su demanda de que el Gobierno británico cancele unilateralmente el artículo 50 que inició el proceso de salida del Reino Unido de la Unión.

Frente a ellos, los eurodiputados del Partido del Brexit, encabezados por el eurófobo Nigel Farage, dieron la espalda al hemiciclo mientras sonaba el Himno de la Alegría, lo cual les ganó una reprimenda del presidente saliente de la Eurocámara, Antonio Tajani.

Ya en 2014 varias docenas de eurodiputados euroescépticos, capitaneados entonces por Farage y la francesa Marine le Pen, dieron también la espalda en el hemiciclo a la actuación de la Filarmónica de Estrasburgo cuando los músicos tocaban el Himno de la Alegría durante la constitución del Parlamento.

UE unida, UE amarilla El amarillo también ilustró la protesta de eurodiputados afines al movimiento independentista catalán, que reclamaron al Parlamento que intervenga en defensa de Puigdemont, Comín y Junqueras, que no han ocupado sus escaños al no reconocerles España como eurodiputados.

El expresident de la Generalitat y su exconseller, exiliados, y el líder de ERC, en prisión preventiva, no han recogido su acta en Madrid y, por tanto, no figuran en la lista que las autoridades españolas remiten a la Eurocámara con los nombres de los eurodiputados electos, con lo que el Parlamento no reconoce los cientos de miles de votos que les llevaron a lograr ese asiento en Estrasburgo.

El Parlamento espera la decisión de las autoridades españolas en este sentido y enmarca la situación dentro de la normalidad: “No es la primera vez ni será la última que el Parlamento se reúne sin tener 751 eurodiputados”, afirmó ayer el portavoz de la institución, Jaume Duch. La tarea prioritaria de esta sesión plenaria será elegir a su nuevo presidente para los próximos dos años y medio, un cargo para el que podían presentarse los candidatos hasta las 22.00 horas de la noche. - Efe