Budapest - Un tribunal húngaro condenó ayer, en segunda y definitiva instancia, a cadena perpetua a los cuatro cabecillas de la red de traficantes de personas responsabilizada de la muerte de 71 refugiados, hallados asfixiados en un camión frigorífico abandonado en Austria en 2015. Según la agencia magiar MTI, el Tribunal de Szeged, en el sur de Hungría, dictaminó además penas de al menos cuatro años de cárcel para otros diez acusados por este crimen.

El fallo emitido en segunda instancia, que ya no puede ser recurrido, es más severo que la primera sentencia de 25 años de prisión para cada uno de los cabecillas, acusados del delito de homicidio con especial crueldad y por trata de personas con el agravante de pertenencia a una organización criminal.

A tres de los condenados a cadena perpetua se les ha negado la posibilidad de libertad condicional. Al justificar la sentencia, el juez, Erik Mezölaki, afirmó que los condenados eran conscientes del riesgo de muerte que corrían los 71 refugiados encerrados herméticamente en el camión. Agravante es el hecho de que, a pesar de que tras unos 40 minutos en esas condiciones, los pasajeros clandestinos empezaron a hacer ruido evidentemente para pedir ayuda, los cabecillas decidieron no abrir el camión por temor a que se descubriera su acción ilegal. “Los acusados no deseaban la muerte (de los refugiados) pero aceptaron que podría suceder”, dijo el juez, citado por MTI. Los cabecillas de la red han admitido ante el Tribunal que habían cometido el delito de trata de personas, pero no que fueran asesinos. La red de traficantes de personas estaba formada por doce búlgaros y dos afganos, supuestamente vinculados a redes de Grecia y Turquía.

El proceso judicial tuvo lugar en Hungría porque las investigaciones aclararon que los refugiados, que viajaban en un camión hacia Europa occidental, murieron cuando estaban aún en territorio húngaro. - Efe