Pristina - Veinte años tras el final de la última guerra de la antigua Yugoslavia en 1999, decenas de miles de kosovares festejaron ayer al expresidente de EE.UU., Bill Clinton, y su entonces secretaria de Estado, Madeleine Albright, como los héroes que hicieron posible la independencia de Kosovo en 2008.

Al grito de “USA, USA, USA” y “Clinton, Clinton” una masa humana homenajeó en el centro de Pristina a los dos políticos demócratas, considerados los artífices de los bombardeos de la OTAN de la entonces Yugoslavia para frenar la limpieza étnica de albanokosovares y que allanaron el camino hacia la creación de ese Estado, el más joven de Europa.

En un discurso pronunciado en la céntrica plaza Skenderbeu, a pocos metros del Parlamento kosovar, Clinton destacó que “hace 20 años el pueblo de Kosovo se ganó la paz, mientras que la OTAN ganó el conflicto”. Estados Unidos “estuvo junto a Kosovo en contra de la limpieza étnica y a favor de la libertad”, agregó el expresidente.

En ese sentido, agregó, la intervención de la OTAN “es un ejemplo de cuál es el propósito verdadero de la política y si está justificado usar la fuerza a favor de los inocentes”.

Recordó que en los años 90 había una serie de conflictos que debían ser resueltos tras el derrumbe del comunismo en Europa, “pero al final todo se centró en si íbamos a permitir que Kosovo sufriera una nueva ronda de limpieza étnica”.

“Para EE.UU. y el mundo, Kosovo representaba algo más importante que nosotros mismos”, concluyó Clinton en medio de ovaciones.

El presidente de Kosovo, el exlíder guerrillero Hashim Thaci, destacó en el mismo acto que su país “quiere vivir como estado en paz y buena vecindad con todo el mundo, para asegurar el bienestar de todos sus ciudadanos”, incluyendo explícitamente las minorías del país, en particular la serbia.

Eso sí, destacó que su país no podrá entenderse como completo “sin izar la bandera en la sede de la ONU” y “sin asegurar el reconocimiento de cinco países de la Unión Europea”, en referencia de España, Grecia, Rumanía, Eslovaquia y Chipre.

Por otra parte, reiteró la disponibilidad de su país de “negociar con Serbia un acuerdo general, con el fin de normalizar las relaciones entre los dos países”.

La alianza más fuerte del mundo Albright, por su parte, se dirigió a la muchedumbre destacando que la OTAN y sus aliados “hicieron lo correcto” en 1999. “Ganamos porque nuestra alianza fue fuerte y actuó unificada. Además nuestra causa era justa. La campaña estaba fundada en el cimiento de la justicia, manifestó la exsecretaria de Estado, que en la actualidad tiene 82 años. “¿La alianza más fuerte del mundo iba a quedarse mirando cómo un grupo étnico iba a ser expulsado de sus hogares en las cercanías de la OTAN? La respuesta tenía que ser no”, exclamó.

“Mostramos al mundo lo que es posible cuando la diplomacia y la fuerza (militar) trabajan juntas a favor de los valores”, concluyó Albright, en cuyo honor se inauguró poco después, y nuevamente ante miles de entusiasmadas personas, un busto situado enfrente de la Escuela Americana de Kosovo.