Washington/Bogotá - Los embajadores en América del líder opositor y presidente del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, comenzaron ayer en Bogotá una reunión para “articular estrategias” que permitan el retorno de la democracia a su país y fortalecer la política exterior.

La reunión llegaba en la misma jornada que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, marcó como el día en que Venezuela “se liberaría” de la OEA, sin embargo, Guaidó ha impuesto su presencia en el organismo, en un movimiento que le otorga poder para influir en el destino del continente americano.

“Estamos teniendo una reunión de articulación de estrategias para ganar más apoyo a la causa democrática en Venezuela y lograr tener acercamientos con países que puedan convertirse en parte de la solución y no ser parte del problema”, dijo a Efe el embajador de Venezuela ante el Grupo de Lima, Julio Borges.

A la cita, explicó Borges, acudieron “todos los embajadores de América, desde Canadá hasta Argentina, con todo el Caribe incluido”, con el propósito de “poder tener finalmente acciones concretas en diferentes temas de relevancia internacional”.

La de ayer es la primera de varias reuniones que los embajadores de América elegidos por Guaidó tendrán en Bogotá, cuando se cumple tres meses de que éste asumiera las competencias de presidente encargado de Venezuela. La idea, aclaró Borges, “es que este primer trabajo unifique la estrategia internacional, tener planes concretos sobre la ayuda humanitaria y hablar sobre el registro de los venezolanos y el plan de país”.

En los próximos días el encuentro se llevará a cabo en Europa con los embajadores de esa parte del mundo para “tener todos un solo plan y una sola mirada que es de crecimiento y fuerza hacia Venezuela”, agregó.

El venezolano Gustavo Tarre, representante en la Organización de Estados Americanos (OEA) de Guaidó, ocupa el asiento de Venezuela desde mediados de abril y ya puede participar activamente en el organismo con su voto. “Esto sirve para aumentar la legitimidad internacional. Cada día Maduro está más solo”, dijo a Efe Tarre, que el 9 de abril recibió el apoyo del Consejo Permanente de la OEA para convertirse en “representante permanente” por designación de la Asamblea Nacional venezolana (AN, Parlamento), presidida por Guaidó.

Este mismo viernes Tarre ya hizo valer su voz en el organismo y se posicionó también a favor de que se apliquen medidas para disciplinar al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, por sus “acciones represivas” contra quienes desde abril de 2018 piden su renuncia tras 12 años consecutivos en el poder.

Tarre ya ha adelantado que una de sus prioridades será la “vuelta” de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos, cuyos pilares son la propia OEA, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), con sede en San José (Costa Rica).

En 2012, el entonces presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013) denunció la Convención Americana de Derechos Humanos y sacó a Venezuela de la jurisdicción de la Corte IDH. Y en abril de 2017, Venezuela se convirtió en el primer país en solicitar su salida de la OEA, al denunciar su carta fundacional firmada en Bogotá en 1948, un proceso que cumplía ayer.

Técnicamente, según el reglamento del organismo, cualquier país que denuncia la Carta de la OEA puede retirarse cuando se cumplen dos años de ese acto, pero solo si está al día en el pago de sus deudas, que en el caso de Venezuela ascienden a 12 millones de dólares. Maduro no pagó esa deuda, pero los representantes de Guaidó han asegurado que la asumirán para permanecer en el mecanismo panamericano, por lo que, de facto, Venezuela sigue dentro.

De hecho, en declaraciones a Efe, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, recordó que la salida de Venezuela se frenó poco después de que el 23 de enero Guaidó invocara unos artículos de la Constitución de Venezuela para reclamar que como jefe del Parlamento debía ser presidente de manera interina.

“Venezuela tiene hoy un Gobierno democrático de transición y ha suspendido el trámite de denuncia de la carta de Bogotá y retiro de la organización que había empezado el Gobierno anterior, que fue declarado ilegítimo. Por lo tanto, Venezuela sigue sentada ahí con Gustavo Tarre”, expresó Almagro.