Moscú - El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, descartó ayer que vaya a haber una nueva Guerra Fría tras la suspensión por parte de Estados Unidos y posteriormente de Rusia del primer tratado de desarme nuclear de la Guerra Fría, el INF. “No creo que debemos hablar de una nueva Guerra Fría. Ha comenzado una nueva era, una en la que Estados Unidos ha decidido eliminar todo el sistema de control de armas, el sistema de limitación de armas estratégicas ofensivas. Esto es triste”, dijo Lavrov en un discurso ante estudiantes de una universidad en Biskek.

Agregó que Moscú no pretende participar en una carrera de armamentos, “que caracterizó la Guerra Fría”, pero sí “reaccionará a las amenazas” que puedan surgir de la salida de Estados Unidos del INF “a través de métodos técnico-militares”.

Con todo, subrayó que Rusia no cierra las puertas a las futuras negociaciones y todas las iniciativas en el ámbito de control de armas “siguen en la mesa”. “Pero no vamos a correr tras nuestros socios occidentales para recordárselas”, sentenció.

Según un sondeo del Centro Nacional de Estudios de la Opinión Pública (Vciom) publicado ayer, el 63% de los rusos -entrevistados antes de la suspensión del INF- opina que Moscú debería intentar salvar el tratado. El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el pasado sábado que Rusia suspendía su participación en el tratado de eliminación de armas nucleares de medio y corto alcance en respuesta a la medida similar tomada por el Gobierno de EE.UU.

El líder ruso descartó que su país se vaya a dejar arrastrar a una “costosa” carrera armamentística con EE.UU., pero autorizó el desarrollo de armas, vetadas hasta ahora por el acuerdo suscrito en 1987 y considerado como uno de los pilares de la seguridad estratégica en el mundo y sobre todo de Europa.

Washington y Moscú se acusan desde hace años mutuamente de haber violado el INF.

Rusia culpa a los MK-41 El Ministerio de Exteriores ruso culpó ayer en un comunicado a la OTAN de la suspensión del acuerdo. Moscú argumenta que los miembros de la Alianza Atlántica “no han manifestado ninguna disposición a un diálogo sustancial sobre las lanzaderas MK-41 (estadounidenses) que ya están desplegadas en Rumanía y se emplazarán también en Polonia el próximo año, en violación del tratado INF”. “Son sistemas integrados en la defensa antimisiles de la OTAN que, por tanto, es uno de los responsables directos de que el acuerdo se haya visto socavado”, declaró el departamento que dirige Serguéi Lavrov.

Teóricamente, tanto EE.UU. como Rusia aún pueden salvar el INF ya que el proceso de la retirada completa del tratado se prolongará por seis meses, pero el líder ruso adelantó el sábado que Moscú no iniciará negociaciones al respecto con EE.UU. hasta que vea que su contraparte está preparada “para llevar a cabo un diálogo consistente y en igualdad de condiciones”.

El Tratado INF (por las siglas en inglés de Intermediate-Range Nuclear Forces) es un acuerdo entre los Estados Unidos y la Unión Soviética firmado el 8 de diciembre de 1987. El tratado eliminó los misiles balísticos y de crucero nucleares o convencionales, cuyo rango operativo de alcance estuviera entre 500 y 5.500 kilómetros? (denominados euromisiles), instalados en bases militares de Europa Occidental y Europa Oriental, en los países bajo influencia de la Unión Soviética que podrían atacar a los países europeos miembros de la OTAN, como Alemania, Francia, Inglaterra y Noruega, con sus territorios bajo alcance de este tipo de misiles nucleares. - Efe