bilbao - Como actriz, Natalia Moreno (Zaragoza, 1978) trabajó en películas ?'como 'Manolito gafotas; en series, como 'Hospital central, y participó en infinidad de cortos y teatro, pero desde hace años está centrada en el mundo que existe detrás de la cámara y que le permite hablar en un lenguaje diferente. Moreno estuvo ayer en el espacio Yimby de Bilbao, dentro del club cultural por Amor al Arte que dirige la periodista Itxaso Elorduy, para presentar su última realización, Ara Malikian. una vida entre las cuerdas. Un documental que ha encadilado a público y cineastas, por el que ha conseguido el Premio Feroz y el Goya en la gala celebrada el pasado fin de semana en Málaga.
La actriz conoció hace una década en un concierto al que acudió como espectadora al virtuoso violinista libanés de origen armenio y, desde entonces, son inseparables. Ella es la directora escénica de sus espectáculos, se casaron en Las Vegas y tienen un hijo en común, Kairo. "Hace cinco años, cuando murió mi suegro, llegaron a casa 25 cajas de cartón en cuyo interior albergaban toda una vida de recuerdos familiares, fotografías, artículos de periódico y vídeos de toda la carrera de Ara desde su infancia, cuando tuvo que dejar atrás a su familia entre bombardeos y el horror del sinsentido y enfrentarse al mundo solo con un violín", cuenta la realizadora.
"Cuando inicié el documental, que empecé a grabarlo con móvil, no tenía ninguna expectativa. Tenía claro que estaba ante una historia humana de mucha potencia, muy inspiradora y pensé que tenía que contarla. Creo que ha tenido éxito porque está contada con honestidad. La mayoría de las veces solo conocemos al personaje público, no llegamos a la cara humana. Solo se muestra el éxito, el brillo, el escenario, pero detrás de esto y en este caso hay un hombre al que le han sucedido muchas cosas en la vida. Ara ha tenido el coraje de mostrar quién es de verdad. Y mostrar a una persona tan cercana es lo que ha hecho empatizar al público. Ara ha abierto su corazón", explica.
Además de seguir a Malikian en una de sus giras mundiales, el documental relata su historia personal. La música le salvó la vida al tener que huir de la guerra. Abandonó Beirut con 14 años y desde entonces vive como un "nómada" por todo el mundo. "Cuando abrí esas cajas y vi que su padre había estado recopilando toda la información que se ha publicado sobre él, desde que tuvo que salir huyendo cuando era un niño, guardando recorte tras recorte, me conmovió muchísimo. Estaba en el epicentro de la guerra, entre bombardeos, pero aún así, consiguió seguir en contacto con su hijo a través de todo lo que se publicaba de él. Me cogió en un momento de mi vida de parón profesional, porque quería dedicarme a mi hijo, pero estas cajas me crearon una gran inquietud. Vi la luz, la historia me llegó a mí. Fue un regalo en mi vida y decidí atreverme a dirigir este documental", explica Moreno.
Fue en el momento, además, en el que la carrera profesional de Ara Malikian despegó de tal manera que era reclamado en los escenarios internacionales más importantes del mundo. "Viajaba mucho, mi forma de estar con él era realizando este documental. Le he redescubierto y le he tenido muy cerca cuando estaba fuera", explica la realizadora.
La directora del documental confiesa que no ha sido facil. "He intentado ser objetiva, pero es cierto que algunas entrevistas fueron muy largas y muy íntimas". Durante las largas conversaciones, solos en casa, descubrieron que "había cosas que ni siquiera se había contado a sí mismo y mucho menos las conocía yo. Nunca había abierto así su corazón".
La familia de Ara Malikian le debe la vida a la música. El abuelo del violinista, en su juventud, salvó la vida gracias a que un hombre se sacrificó por él, le dio un violín y pudo pasar la frontera durante el genocidio turco contra los armenios, que sufrieron más de un millón y medio de asesinatos. Su padre le inculcó el amor por la música y, con 14 años, consiguió una beca con la que pudo escapar de los horrores de la guerra. Por eso, él suele confesar que en su familia "la música no es solo música, es sobrevivir...".
Natalia Moreno, que está en pleno proceso de elaborar su primer largometraje, asegura que, a pesar de las circunstancias adversas que cuenta en el documental, ha intentado mandar un mensaje de esperanza y optimismo. "Ara es una persona terriblemente optimista. De hecho, él dice en el documental: A tus ojos mi historia es muy dura, pero es mi vida". Y la de otros migrantes a los que tanto Malikian como Moreno recordaron al recoger el Goya: "Esto habla de migración y de refugiados, porque yo lo he sido. Últimamente nos quieren hacer creer que los migrantes y los refugiados somos la causa de todas las miserias, pero los viajeros siempre fueron la riqueza de nuestra civilización", concluyó Malikian.