Bilbao. Emeterio Rubio Gabiola, Eme, ha sido para más de una generación de deportistas, baloncestistas, futbolistas, aficionados, etc. que se acercaban para la práctica deportiva a las instalaciones de Mallona en Begoña en la década de los sesenta, setenta y parte de los ochenta del siglo pasado, una referencia por su trabajo, amistad, humanidad, cariño y cercanía.

La casa donde nació Emeterio hoy en día sigue formando parte del complejo deportivo de Mallona, y en ella dio los primeros pasos ayudando a su aita, que como funcionario del Ayuntamiento de Bilbao y cuidador del camposanto de Begoña, le inició en el cariño y en la dedicación al trabajo bien hecho y en la atención y servicio a las instalaciones deportivas.

Tras los estudios pertinentes, Eme al ser un hombre ingenioso, hábil, trabajador e innovador, inició un proceso de emprendizaje en labores industriales relacionadas con el campo del sector doméstico, y en los bajos de la casa familiar, muy cerca de donde estaban los antiguos vestuarios de la cancha de baloncesto, comenzó a fabricar de forma artesana fregaderos de cocina con lavadora automática incorporada con la marca Meru, patentada y registrada. Él mismo las instalaba en las casas de los clientes y procedía a su reparación y mantenimiento.

Años después, ya con la familia en proceso de constitución, Irene su mujer, y sus tres hijos J. Antonio, Txomin (también baloncestista) y Amaia, entró a formar parte de la plantilla del diario DEIA, donde desarrolló una gran labor en las áreas de distribución, comercialización y seguimiento de las ventas, hasta su jubilación.

todos los equipos visitantes Emeterio, además de ser un magnífico esposo, un gran padre de familia y un profesional de excepción, ha sido la persona más querida y solicitada por todos los que frecuentábamos en aquella época Mallona, bien en la cancha de baloncesto (Juventus O. A. R.), como por los equipos que utilizaban los campos de fútbol (Begoña, Athletic juvenil, Santutxu, Juventus y muchos más clubes).

Como comentaba K-Toño Frade Villar en el periódico Bilbao de enero de 2009, y cuando él se acercaba a Mallona a ver los partidos de baloncesto de segunda división nacional que jugaba el Juventus O. A. R., "saludaba y charlaba con Emeterio, que cuidaba con mimo y esmero la desengelada y siempre ventosa cancha de Mallona, donde equipos como el Atlético San Sebastián, la Real Sociedad, Argaray, Oberena, Helios, Basconia de Vitoria, etcétera sufrían de lo lindo".

Emeterio descansa en la paz de Dios y disfruta ya de la felicidad eterna con Irene, su mujer, y todos sus múltiples familiares y amigos, y su trayectoria vital será para muchos parte de lo mejor de nuestra historia colectiva.

Sirvan estas líneas de agradecimiento y sincero reconocimiento de las muchas vivencias y momentos extraordinarios que disfrutamos. Mila esker, Eme.

Betirako egongo zara gure bihotzetan. Agur, Eme, agur t'erdi.