Bilbao. "Yo no tengo nada que ver con esto. No he hecho nada", afirmaba ayer horas antes de ser detenido Ariel, el hombre de nacionalidad brasileña al que se le acusa del apuñalamiento de una joven pareja de novios la madrugada del pasado sábado en Bakio. Ante su puerta, varias patrullas de la Ertzaintza controlaban la zona para evitar que el pueblo, exaltado, diera rienda suelta a la venganza. La Ertzaintza procedió a media tarde a detener al brasileño de 32 años y sin antecedentes, esta vez en calidad de sospechoso del intento de homicidio de M. F., de 18 años, y B. M., de 17 años, a quienes presuntamente apuñaló la madrugada del sábado. Ya esa misma noche, alrededor de las 23.00 horas, Ariel había sido trasladado a la comisaría de Gernika en relación a estos hechos. Entonces se le tomó declaración durante más de una hora y se registraron sus pertenencias; posteriormente fue puesto en libertad.
Evidencias circunstanciales Ayer, la declaración de B. M. -M. F. se encuentra recuperándose de las graves heridas en el hospital de Cruces- ha dado un giro determinante a la investigación. El joven vio varias fotos e identificó, con un alto grado de fiabilidad, a Ariel como la persona que a las 4.30 horas del sábado les asaltó con un cuchillo, propinando diversas cuchilladas a M. F., que quedó al borde de la muerte, y a él mismo.
La Ertzaintza abrió entonces una investigación que además ha aportado otras evidencias. Según ha podido confirmar DEIA, la policía científica está analizando las ropas del detenido, que estaban manchadas de sangre, en busca de rastros de ADN. Además, en una inspección ocular de la zona de la agresión, los agentes han localizado la funda de un cuchillo de grandes dimensiones. Sin embargo, el arma no ha aparecido todavía, por lo que se está registrando palmo a palmo toda la zona.
El pasado sábado, M. F. y B. M. apuraban las últimas jornadas de su veraneo en Bakio acudiendo a la romería de Eneperi. De madrugada y cuando regresaban a casa por una carretera secundaria, se toparon con un hombre que les pidió un cigarro. Ante la negativa de los jóvenes, y sin mediar palabra, el agresor se abalanzó sobre ellos esgrimiendo un cuchillo. B. M. intentó impedir la agresión y se interpuso entre el arma y M. F. Ahí recibió una puñalada en el hombro. Su novia se llevó la peor parte. La cuchillada por la espalda le perforó el pulmón izquierdo y seccionó una arteria, dejándola en la cuneta gravemente herida.
La voz de la agresión corrió entre los jóvenes de Bakio, quienes comenzaron su particular investigación. Fue una de estas cuadrillas quien llegó a la conclusión de que el agresor era Ariel, puesto que, según confirmaron a DEIA, le habían visto la noche del ataque en malas condiciones, conduciendo una moto -llegó a tener un pequeño accidente y algunos testigos le ayudaron a incorporarse- y en un estado de excesiva agresividad. Además, fuentes de la investigación confirmaron ayer a DEIA que los testigos habían visto también su ropa ensangrentada. Precisamente, fueron estos jóvenes quienes avisaron a la Ertzaintza de dónde se encontraba el sospechoso. Los agentes acudieron aquella noche a la vivienda de Ariel y procedieron a trasladarle a la comisaría de Gernika. Después de declarar, regresó a su domicilio, aunque varias patrullas de la Ertzaintza le acompañaron y se quedaron controlando la zona.
"Hay gente mala que no me gusta; no me quieren aquí. Tengo miedo", decía ayer Ariel en una entrevista televisiva. "La policía me ha dicho que no puedo salir, que me quede en casa", proseguía. Lo cierto es que la presencia policial tuvo dos objetivos: por un lado, fue una medida disuasoria para quien pretendiera tomarse la justicia por su mano, y por otro, Ariel estaba controlado.
Tranquilidad y calma Bakio vive en tensión desde entonces; por ello, el alcalde de la localidad, Aitor Apraiz, pidió ayer calma a sus vecinos. "Les pediría que estén tranquilos, que la Justicia tiene que hacer su trabajo", explicaba a DEIA.
El mismo mensaje enviaba su teniente de alcalde, Iker Muruaga, quien, además, felicitaba a la Er-tzaintza por su celeridad en la detención. "Es de agradecer la labor de los jóvenes de Bakio, ya que gracias a la información que han recabado, la Ertzaintza ha podido dar con el individuo. Pero estas cosas hay que tomarlas con calma, porque se pueden salir de madre".
Por otro lado, Apraiz se ha mantenido en contacto con las víctimas y las familias. "B. M. ya está en casa. Tiene un corte serio en el hombro, pero es más el susto que tiene en el cuerpo, la tensión y el mal rato que ha pasado". Según cuenta el primer edil, el joven estaba tremendamente preocupado por el estado de salud de su novia. A las familias les preocupa "el trauma que puedan tener. ¡Ellos creían que les mataban allí!", confirmó. El chico recibió el alta médica el pasado domingo. Sin embargo, M. F. sigue en Cruces. Según el parte médico, "su pronóstico es estable dentro de la gravedad". "Parece que ya ha pasado la mayor gravedad", apuntó ayer Aitor Apraiz. "Es una chica joven y fuerte y lo puede superar", auguró.