Bilbao. GQ, Cosmopolitan o Playboy publicaron algunas de sus imágenes. Se rifaban lo que su flash retrataba. Garry Gross era uno de los fotógrafos más solicitados en el mundo publicitario de los años setenta. El neoyorquino había aprendido con los mejores profesionales, como los dispares Francisco Scavullo, Lisette Model y Richard Avedon. Sus portadas daban caché a la publicación.
En 1975, realizó su trabajo más polémico para Playboy: una serie de fotografías titulada The woman in the child, que pretendía captar la feminidad de las niñas. Como parte de este reportaje tomó una serie de fotografías a Brooke Shields, a la que había elaborado el book para la agencia Ford. Con 10 años, Brooke Shields posó desnuda, en la bañera, maquillada como una adulta y con aceite en el cuerpo.
Moralidad dudosa Fueron unas fotos de gran sensibilidad estética pero de dudosa moralidad. Garry adquirió los derechos completos de la explotación de las imágenes y la madre de la niña recibió a cambio 450 dólares. Posteriormente, las revistas del grupo Little Women y Sugar & Spice y Photo Magazine publicaron algunas de las imágenes.
Aquellas fotos provocaron a Gross nuevos problemas. En 1992 el artista contemporáneo Richard Prince fotografió y reinterpretó una de aquellas imágenes, la tituló Spiritual America, creando gran polémica sobre los derechos de autor. En el año 2009, la obra de Prince fue retirada de la Tate Modern de Londres tras suscitar un debate moral. En 2007, se había expuesto en el Guggenheim de Nueva York sin crear polémica.
Nacido en el Bronx en 1937, Gross era gran amante de los animales y de adolescente fue adiestrador de perros. Tras las polémicas fotos dio un giro a su carrera y se dedicó a hacer retratos de estudio, de gran formato, a perros. Se centraba en los ojos de estos animales para captar el alma. En 2001, abrió una escuela de entrenamiento en Manhattan.
Gross murió el 30 de noviembre, a los 73 años, en Nueva York.