Comparto preocupación con un buen amigo mío por la involución que vemos ante la defensa de la Memoria y convengo con él en que es obligado comenzar a hablar en positivo, en el camino que tenemos por delante para conseguir una memoria justa y reparadora.

Claro, que de decir a hacer, puede haber un buen trecho. Resulta un esfuerzo notable intentar ser positiva la misma semana en la que Barrionuevo, con el silencio de PSOE y PP, ha vilipendiado a las víctimas del GAL. Y en la que el Parlamento Vasco ha vivido por enésima vez un Día de la Memoria dividido.

Y, podría seguir así hasta cumplir con los dos mil caracteres que tengo como máximo para llenar esta columna. De ser esta mi opción –insistir en todo lo negativo del camino–, creo que contruibuiría a ahondar en la desazón de aquellas personas que sufrieron la violencia del terrorismo de ETA, las del GAL, el Batallón Vasco Español y otras organizaciones y también las de la violencia policial.

Recuento y veo que me quedan 1.008 caracteres todavía para escribir. Una oportunidad magnífica para que el mensaje en positivo se imponga en esta columna. Porque la Memoria también tiene aliad@s, como se destaca en el documento Begiradak. Bases compartidas para la construcción social de la memoria en Euskadi, impulsado por Gogora. Un título que, por sí solo, ya avisa de su voluntad de avanzar y que ha sido redactado por tres víctimas del terrorismo y tres historiadores.

El documento se aleja de los reproches y plantea la sencilla y compleja tarea de proceder a una revisión autocrítica del pasado sin caer en lo de siempre. Interpela “directamente y sin excusas” a quienes tuvieron “responsabilidades directas o indirectas” en las diferentes expresiones del terrorismo, violencia de motivación política y vulneraciones de derechos humanos. Un nuevo faro con el que alumbrar el camino de la Memoria.

Vuelvo a recontar y ya solo me quedan 160 caracteres hasta el punto final. Son para el recuerdo de José María Lidon, juez de la Audiencia Provincial de Bizkaia asesinado por ETA el 7 de noviembre de 2001. Mi contribución a su Memoria. Goian Bego. l