El placer de compartir y maridar grandes vinos de Rioja Alavesa
LA letra con vino entra. Y si es con vino de Rioja Alavesa, mucho mejor. La letra de la cata maridada organizada para Basque Wine por Grupo Noticias esta semana solo consistía en una frase: comprobemos en las etiquetas de nuestras botellas que son de Rioja Alavesa.
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Sucedió en la espectacular terraza climatizada del restaurante Euskalduna by Etxanobe, cuyos fogones vuelve a impulsar desde hace unos meses Fernando Canales. “El chef es Iván Álvarez, un gran cocinero; llevamos nueve años juntos en los que he visto que derrocha talento y ganas, ahora se dedica a hacer a la gente feliz aquí”, expuso con sincera modestia el reconocido creador culinario bilbaino.
El parque de doña Casilda y ese Bilbao de cristal y luz, que cada vez parece menos Botxo, formaban el decorado al fondo de una larga mesa en torno a la que las personalidades invitadas fueron situándose en pie, junto a copas y platos. El coordinador Comercial del Grupo Noticias, Antón Ilarduya, pronunció las palabras de bienvenida y agradecimiento, además de adelantar en qué consistiría la experiencia.
Disfrutaron de los tres descorches y otros tantos bocados, personalidades como Isabel Iturbe, presidenta tanto de Bilbao Basket como de la Asociación de Empresarias y Directivas se Bizkaia; Boni García, presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia; Héctor Sánchez Zarraga, gerente de la misma entidad; la italiana Elisa Pintón, de On Egin; Jon Saratxo, director de Area en Makro; la consultora internacional María José Sánchez Arrieta, de Global South; o Libia de la Fuente, de la agencia Síntesis.
Rioja Alavesa es una de las mejores zonas vitivinícolas del mundo y destaca por la calidad de sus caldos
Por parte de DEIA asistieron el director gerente del medio de comunicación, Ibon Mujika; y la directora Comercial y de Publicidad del diario, Amelia Sancho de la Garza, además de Idoia Gutiérrez Ellacuría e Itziar Leal. Pusieron todos sus sentidos en la experiencia Fernando Rastrilla, de XL Wines; Koke Quintana, del café New Mónaco; o Manuel y Álvaro García, del bar Fermín de Iturribide, un clásico.
Mikel Garaizabal, divulgador de la cultura del vino y sumiller, a quién resultaría adecuado describir como ardolari por su conocimiento y dedicación a los vinos de aquí, comenzó hablando de aromas, mostrando colores y describiendo qué hace que un vino de Rioja Alavesa pueda ser etiquetado como tal. Definió las denominaciones de los vinos, pasó a los caldos de un pago y a los de un pueblo. Detalló los modos de elaboración. Se detuvo en los vinos de maceración carbónica o eskilarapeko.
La concurrencia olfateaba esencias depositadas en cartoncitos. Ponían rostro reflexivo. Y recordaban las respectivas infancias. “Los olores permanecen y siempre nos retrotraen a la niñez”, dijo Canales mientras Garaizabal repartía aromas a piña, violeta o cedro.
Después fue el turno del oído. El sonido de una botella de Rioja Alavesa al abandonar amorosamente su corcho constituye una de las mejores oberturas nunca escritas en una partitura. No existe orquesta que iguale ese chasquido ligeramente húmedo.
Los caldos fueron repartidos en copas de buen vidrio. Entonces fue cuando los Rioja Alavesa, dos sensacionales tintos y un asombroso blanco, desplegaron su sinfonía de aromas y el allegro de sus colores. A dúo con los vinos, los platillos, así los describió Canales, que llegaron a la mesa. Uno de ellos, el servido en tercer lugar, consistía en unas manitas de cerdo con manzana y pimientos del piquillo. “Llevan mucho trabajo, es preciso socarrar las manitas para empezar. Estoy muy orgulloso de esta receta, fue la primera de mi creación que entró en la carta del restaurante. Y sigue ahí”, reveló el chef Iván Álvarez. Las manitas sonaban a la altura del resto del concierto gustativo en el restaurante del palacio de la Ópera.