BILBAO. La obra de teatro Motel-Oh!, adaptación del Otello de Shakespeare que ahora representa Joseba Priego le alienta y alimenta estos días. Otello hizo de un rasgo de carácter humano como los celos un sentimiento inmortal. A Joseba tanto le da ese sentimiento como cualquier otro: él es un todoterreno, el hombre orquesta de las tablas. Es el teatro, las emociones que le permiten lanzar fuera de sí, lo que le llena y colma. Se diría que Joseba es un purasangre del arte de talía cuando se tercia, un borro de carga, un percherón o un lusitano que baila sobre la arena.
¿Puede un actor sujetarse en el alambre de la cuenta corriente?
-Salvo algunos privilegiados, tienes que hacer de todo para llegar a fin de mes pero sí se puede. Al menos yo lo estoy logrando.
¡Enhorabuena!
-Hace poco lo hablaba con una antigua profesora: ¿qué es el éxito? Para mí lo es poder vivir del oficio.
Con lo poco que trabaja la gente de la farándula, dirán algunos...
-Que venga y lo vea. No conozco a nadie del oficio que diga hoy no trabajo porque no me apetece.
Otro juicio de la calle: con lo que ganan, bien podrían.
-Lo haces porque amas la profesión aunque es evidente que tienes que buscar un equilibrio porque tanto amor, tanto amor sin comer nada... ¡adelgaza!
Le ofrezco un trabajo fijo.
-¿Dónde?
En una oficina.
-Me va a perdonar, pero déselo a otro. No podría. Ya me he estructurado la cabeza en mi vidade otra manera.
Pongamos que en una compañía de teatro de programa fijo...
-¡Uhmmm! Si puedo buscarme la vida para hacer algo diferente en los ratos muertos.
¡No!
-No. No quisiera un contrato fijo si llevase pareja la condición de cortarte las alas en el teatro y no poder arriesgar. Tenerlo fácil no va conmigo, ya ve.
¿Ha sufrido pánico escénico?
-¡Oiga, que soy de Bilbao!, ja, ja, ja. Cuando llevas el texto bien preparado y cuentas con recursos, no tiene por qué. Otro cantar es uno de esos aquí te pillo aquí te mato que puedan salir de repente y hay que hacerlo de un día para otro. Quizás.
¿Clásico o contemporáneo?
-Los dos. Trabajo más con los clásicos y cuando quiero hacer algo que me pide el cuerpo, contemporáneo, algo diferente.
¿Y escribir?
-El tiempo que llevo me ha enseñado qué puedo y qué no puedo hacer. Quizas alguna escenografía.. Pero hay gente que escribe mucho mejor que yo.
Agradecerá el otoño del IVA, esa ‘caída de la hoja’, supongo,
-En Francia o en Italia ya tenían el IVA bien ajustado. Tiene que agradecerlo la sociedad porque el teatro es algo crucial para el ciudadano. Le ayuda a pensar, le hace más crítico. Aunque ya sabemos que a los mandamases eso no les gusta mucho.
¿Quién es la mala suegra en la familia del teatro?
-Cualquiera puede serlo. Un actor que se deja ir, un director que no da confianza, un productor que solo recauda y recauda, los que mandan... ¡cualquiera!