eN la década de 1940, Dalton Trumbo era uno de los guionistas mejor pagados del mundo, autor de clásicos del cine como el nominado al Oscar Espejismo de amor o Treinta segundos sobre Tokio. Presencia habitual en los ambientes sociales de Hollywood y activista político defensor de los sindicatos de trabajadores, la igualdad salarial y los derechos civiles, Trumbo fue citado a declarar ante el Comité de Actividades Antiamericanas del Congreso como parte de una amplia investigación sobre actividades comunistas en EE.UU.

Su negativa a responder a las preguntas de los congresistas le llevaron a formar parte del denominado The Hollywood Ten (Los diez de Hollywood), un grupo de diez guionistas que se negó a testificar en los famosos juicios del Macarthismo (Caza de brujas). Todos ellos fueron incluidos en la lista negra acusados de comunistas y encarcelados. Tras su salida de la cárcel, Trumbo tuvo que trabajar bajo un seudónimo porque los grandes estudios de cine se negaron a contratarle.

El realizador Jay Roach abandona por primera vez la comedia para llevar a la gran pantalla la biografía del mítico novelista y guionista que, a pesar de las adversidades, no dejó de luchar y en 1960 obtuvo su merecida recompensa. Con el estreno de Espartaco, de Stanley Kubrick, y Éxodo, de Otto Preminger, se dio a conocer públicamente la autoría de Trumbo en ambos guiones, un acto que lo sacó de facto de la lista negra.

En 1975, un año antes de su muerte, fue reconocido oficialmente como el ganador real del Oscar al mejor guion por El bravo; y en 1993, su esposa Cleo fue obsequiada con el Oscar que su marido había ganado por Vacaciones en Roma, y que en su momento fue recogido por su amigo Ian McLellan Hunter.

Interpretar a Dalton El protagonista de la cinta es un tipo bullicioso al que le gustaba contar anécdotas, un hombre que sabía que contaba con la atención de toda la habitación en la que entraba, y disfrutaba con ello. Le gustaba la buena vida y era altruista, reunía un cúmulo de contradicciones fascinantes. Por eso, cuando el equipo de producción del filme vio la evolución de Bryan Cranston en su papel de Walter White en Breaking Bad, decidieron que debía interpretar a Trumbo. “Bryan es capaz de interpretar con facilidad personajes contradictorios. Posee profundas capas de tristeza y rectitud. Aportaba todo lo que el papel necesitaba”, ha señalado la productora Janice Williams.

Para ajustarse a la historia de Trumbo con la mayor precisión posible, el guionista John McNamara se puso en contacto con los dos únicos miembros de la familia cercana que quedan con vida, Niki Trumbo y su hermana pequeña Mitzi, que acabaron resultando esenciales para el guion.

El reparto se completa con un elenco de lujo formado por Helen Mirren, que se mete en la piel de la principal adversaria del guionista, Hedda Hopper; Diane Lane, en el papel de esposa de Trumbo; John Goodman, que interpreta a Frank King, un pintoresco productor de películas de serie B; y Michael Stuhlbarg y Louis C. K., que dan vida a dos de los guionistas llamados a declarar.