L a regla de oro del comercio, la del ‘bueno, bonito y barato’, nunca falla. Lo refrenda SsangYong con el nuevo Tivoli, una creación vistosa, espaciosa y asequible que encaja como un botón en el ojal de la popular categoría crossover. El novato marca la primera diferencia con la competencia por medio del diseño, que además de ser bastante original saca excelente partido a sus escuetas proporciones. La segunda singularidad es aún más determinante: anuncia un precio de partida de 14.900 euros. Debuta proponiendo motor a gasolina de 128 CV, tracción delantera y caja manual; en setiembre contará con mecánica diésel de 115 CV (desde 18.000 euros), que podrá combinarse también con tracción 4x4 y con transmisión automática.
SsangYong se sacude los complejos y encara la categoría de moda con el Tivoli, un crossover de buena pinta, correctos modales y tarifa imbatible. Reúne, por tanto, todas las papeletas para triunfar, lo que conferirá notoriedad a la casa coreana y apañará su cuenta de resultados.
El debutante es hermano pequeño del Korando, un producto cuyas notables mejoras no han obtenido el respaldo comercial que merecen. La firma asiática vuelve a intentarlo ahora con este nuevo modelo, mucho más en sintonía con los gustos contemporáneos del público europeo. El Tivoli se ajusta a la talla de los SUV compactos con un escueto y singular envase de cinco puertas; ocupa 4,20 metros de largo, 1,80 de ancho y 1,59 de alto. Los diseñadores no solo han cuidado la estampa; también se han preocupado de que el modelo brinde una notable habitabilidad. Los 2,60 metros de batalla sustentan una cabina de atmósfera sencilla (materiales plásticos y ajustes merecen la aprobación), capaz de acomodar a cuatro adultos de relativa corpulencia. Ese desahogo interior procura uno de los mejores huecos de carga de su clase (423 litros).
La impresión general depende, una vez más del acabado elegido. La austeridad de la ejecución más asequible y desnuda de las planteadas progresa hasta el cierto refinamiento mostrado por el acabado superior. No obstante, la primera propone un coche bastante bien pertrechado. El Tivoli menos costoso sale de fábrica provisto de seis airbags, control de estabilidad con protección antivuelco, control de tracción, ayuda para el arranque en pendiente, ABS, asistente y distribución electrónica de la frenada con encendido automático de las luces de emergencia, control de presión de los neumáticos, dirección con tres modos de asistencia y aire acondicionado. La variante mejor dotada, la diésel automática 4x4 de 24.500 euros, disfruta de abundantes sofisticaciones: climatizador dual, navegador con pantalla táctil de 7 pulgadas, cámara de visión trasera, tapicería de piel, etc.
La nómina del modelo se reduce, por el momento, a un único motor gasolina 1.6, que transmite su energía (128 caballos) a las ruedas delanteras; va asociado a caja de cambios manual de seis marchas. Se puede adquirir en tres terminaciones. Esta alternativa resulta perfectamente válida para los usuarios más proclives a hacer cálculos que a realizar grandes desplazamientos. Resulta muy satisfactoria si, además, sus destinatarios prefieren el sosiego y la austeridad a las reacciones fogosas. El motor, condicionado por los desarrollos de cambio, prioriza el ahorro a la agilidad, algo que siempre agradecen el bolsillo y el medioambiente.
En setiembre se incorporará al catálogo la motorización diésel 1.6 de 115 CV. Parece claramente indicada para las personas de espíritu viajero; también para aquellas dispuestas a afrontar un desembolso inicial superior que, se amortice o no, luego depare menos costes de utilización cotidiana. Esta mecánica brinda la única posibilidad de optar a transmisión manual y a tracción total. SsangYong se distingue de algunas de las marcas presentes en el segmento crossover proponiendo un sistema 4x4 que incluye bloqueo central para salvar zonas irregulares y requiere ajustes de la suspensión trasera.